Una firme condena y un llamado a la reflexión sobre la gravedad de lo ocurrido han marcado las reacciones de la Iglesia Católica tras el homicidio de los estudiantes Exequiel Borvarán Salinas (18) y Diego Guzmán Farías (24), ocurrido el jueves 14 de mayo en el contexto de una marcha de protesta en Valparaíso.
Desde Santo Domingo (República Dominicana), donde se encuentra participando en la asamblea general del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), el cardenal Ricardo Ezzati, presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, calificó lo sucedido como “una verdadera tragedia”.
“Pidamos el don de la paz”, afirmó el arzobispo de Santiago, junto con expresar su “condena más decidida” al episodio de violencia.
Disparos hieren el alma de Chile
Por su parte, el portavoz de la Conferencia Episcopal, diácono Jaime Coiro, en su cuenta twitter comentó este jueves: “Estremece la violencia homicida de este día. Peligroso síntoma en sociedad que reprueba en justicia y en confianza”.
Añadió el vocero que “nuestra oración por los jóvenes asesinados tiene que sumar un compromiso activo por una cultura de paz, paz que brota de la justicia. Por la vida, por la vida digna de toda persona, la sagrada vida humana. Estos disparos homicidas hieren el alma de Chile, manifestó.
Ayer jueves, representantes de la Pastoral Universitaria de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso se sumaron a los velatones y expresiones de cercanía y solidaridad hacia la familia de Exequiel y Diego.
Este viernes, en el marco de la eucaristía de celebración de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, hubo una especial plegaria por los jóvenes asesinados y por su familia. El obispo auxiliar de Santiago, presidente del Área de Comunicaciones de la CECh, Mons. Fernando Ramos, pidió el don de la paz para una mejor convivencia en Chile.
Fuente: Prensa CECh – Comunicaciones Santiago – Comunicaciones Valparaíso
Imágenes El Mostrador y Radio Cooperativa
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