Con el domingo de Ramos, la Parroquia de San Miguel comenzó la celebración de Semana Santa. Por ello hubo ceremonias especiales en la capilla de Santa María y en la Misa de 12.00 horas en el Templo Parroquial, que fue presidida por el párroco, el padre Capuchino Pastor Salvo Beas.
A continuación les entregamos la homilía del Padre Pastor en la misa de 12.00 hrs.
1.- Entramos a la Semana Santa, diferente. No a la semana del turismo, como dicen los paganos. La Iglesia, nosotros, estamos interesados en evocar un hecho importante de la vida de Jesús que nos afecta. No se trata de un rito conmemorativo, sino contemplar y celebrar un Misterio de fe.
Con la celebración de hoy contemplamos y celebramos a Jesús como el Mesías, el Rey esperado. Ese Jesús, Verbo encarnado, que vino a cumplir hasta las últimas consecuencias la Voluntad de Dios. Por eso, lo que hoy celebramos es el misterio de Cristo, Dios y hombre verdadero.
2.- En lo que hemos escuchado de la Pasión según san Lucas podemos darnos cuenta que lo que interesa mostrar al evangelista es la relación personal nuestra con Cristo y llegar a ser sus discípulos, como El dispuestos a cumplir la Voluntad de Dios, aunque sea difícil. El Señor nos está mostrando con su Pasión la bondad y la misericordia que hay en El. Bondad y misericordia que debemos saber irradiar en el mundo de hoy.
3.- Nos asustan, nos perturban, a veces, los hechos desgarradores que suceden alrededor nuestro, las malas noticias que nos llegan de afuera y las que suceden en nuestro entorno.
La Palabra nos dice cómo debemos enfrentar este clima adverso:
– Con la certeza de que no seremos derrotados
– Con la serenidad del Señor, que manifestó en su Pasión todo su amor por nosotros
– Sabiendo que el único camino para la gloria es el camino de la cruz.
4.- Una vez más entramos en el Misterio de Cristo. Que esta Semana Santa que estamos iniciando nos sirva para comprender y profundizar en el misterio del amor misericordioso de Dios. En este Año de la Misericordia no sólo debemos captar esta cualidad esencial de Dios, sino ir creando una Cultura de la Misericordia.
Nos damos cuenta que falta misericordia en el ambiente. Somos nosotros, aleccionados por Jesucristo, los que debemos sembrar este amor en todas partes.
Animémonos a celebrar y vivir el misterio de Cristo. La Iglesia lo está viviendo en sus miembros que sufren la persecución, el hostigamiento y la tortura en sus miembros.
Nos unimos nosotros a este Señor que hoy entra victorioso a su Pasión celebrando esta Eucaristía. Con El muramos y con El resucitemos.
Hermano Pastor Salvo Beas.
Fuente: Equipo de Comunicaciones, Parroquia de San Miguel
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