Un diálogo transparente y de cara a los desafíos de la sociedad actual fue el que se vivió en el Consejo Académico 2017 de la Academia de Líderes Católicos (ALC). La cita es un espacio que se realiza una vez al año, con el objetivo de revisar el trabajo realizado el año pasado y plantear las líneas orientadoras para la labor del nuevo ciclo que comienza. La cita contó con la presencia del Nuncio Apostólico, Mons. Ivo Scapolo; el director general ALC, José Antonio Rosas; el rector de la Universidad Finis Terrae, Cristián Nazer, el rector de DUOC UC, Ricardo Paredes; el presidente del directorio del la Universidad San Sebastián, Luis Cordero; el Vice Gran Canciller UC, Pbro. Cristián Roncagliolo, además de distintas figuras públicas a nivel nacional, como el ex presidente del Banco Central, Carlos Massad; el consejero de la CUT, Arturo Villagrán; junto a académicos y coordinadores nacionales de la Academia.
“Yo pido que se sigan conjugando dos dimensiones de formación: el Encuentro con Cristo y la experiencia de fe; más el momento de la acción, del servicio y del compromiso, de que todo esto se puede hacer y cuanto antes”, expresó el Nuncio Apostólico, Ivo Scapolo, y agregó, “Ustedes se dan cuenta lo que están pasando en Chile y el mundo. Chile necesita de manera urgente de líderes. Y el líder no es sólo un profeta, que está dispuesto a sacrificar su vida para ser coherente; líder es aquel que sabe reunir a otros alrededor de si, para que juntos puedan testimoniar la fe, la justicia, la verdad, el amor, la solidaridad… todo lo que el mundo necesita”.
Durante el 2016, 885 jóvenes se graduaron en la Escuela Nacional de Líderes Católicos -uno de los niveles de formación de la ALC- presente en 13 diócesis, entre La Serena y Puerto Montt, llevando una formación sólida en Doctrina Social de la Iglesia a jóvenes secundarios, universitarios y profesionales.
A su vez, se realizó el I Diplomado en Doctrina Social de la Iglesia, cursos de formación en distintas vicarías de la región metropolitana y jornadas de liderazgo católico en distintas regiones de Chile, entregando conocimiento en fundamentos de la fe, de antropología y moral cristiana, talleres de habilidades blandas y directivas y Doctrina Social de la Iglesia. “Para responder a los desafíos de nuestra época -de cara el Evangelio- hay que estudiar la Doctrina Social de la Iglesia, que es la expresión social y las consecuencias sociales de nuestra fe, y para ello es muy importante estudiar lo que nuestros pastores nos indican”, dice José Antonio Rosas, director general de la ALC, quien agrega que luego, es importante llevarla a la práctica, “para poder responder a lo que Cristo y la Iglesia nos llama, en el contexto de nuestra sociedad contemporánea”, explica.
Sexualidad e Ideología de Género
El Consejo Académico se realizó en el marco del II Diplomado Internacional en Doctrina Social de la Iglesia “Magisterio Social del Papa Francisco” que contó con la presencia del mexicano Rodrigo Guerra, miembro del Pontificio Consejo Justicia y Paz además de ser miembro de la Academia Pontificia de la Vida. “No existe hoy en América Latina una iniciativa de formación en Doctrina Social de la Iglesia más consistente que esta Academia” dijo el profesor Guerra y agregó: “El tipo de formación y el grado de profundidad con el que se abordan los distintos temas en esta Academia, es realmente único”.
El experto realizó la conferencia “Persona, sexo y género en Karol Wojtyla, un marco para la discusión del proyecto de ley de identidad de género”, que abordó los temas de sexualidad e identidad de género. “parece ser que éstos no son unos más de los muchos temas de las agendas culturales y legislativas y políticas de nuestro tiempo. Sino que los temas de sexualidad y género son así de importantes porque tocan una de las dimensiones más finas de la estructura de la persona humana, que es el modo como el corazón se educa en la respuesta a la verdad sobre el hombre, a los verdaderos valores”, explicó el mexicano. Durante su exposición, el académico expresó que el debate sobre estos tópicos se enmarca en diversas premisas, que muchas veces damos por ciertas, como por ejemplo que “La naturaleza es la biología y justamente a ese nivel se encuentra la sexualidad” o que “el género es una construcción cultural”. Rodrigo Guerra responde: “la identidad sexual tiene que ver con la naturaleza, pero no entendida como biología, sino que, entendida principalmente, como condición humana profunda, es decir, esencia en cuanto principio de operaciones”, explicó el profesor Guerra, y agregó que, en las teorías de género más extremas, como la teoría de Queer, la diferenciación sexual se considera irrelevante y que nuestra identidad sexual es un producto cultural. “Cuando caemos en esta posición, rápidamente la naturaleza y la cultura se ofrecen como polos contrapuestos” dijo, y aclaró: “la realización entre naturaleza y cultura no es una relación de contraposición, sino que la grandeza y el misterio del ser humano se puede expresar diciendo que el ser humano es por naturaleza cultural. Esto quiere decir, que nuestra naturaleza es ser libres, ser capaces de simbolizar y de proyectar la realización humana interior en productos culturales exteriores”.
Citando el libro “Persona y Acción” de Juan Pablo II, Rodrigo Guerra destacó que el filósofo y luego Papa polaco enseñó que la sexualidad es una dimensión constitutiva de la persona, y no una perfección meramente consecutiva. “Es una manera de afirmar que la sexualidad es una perfección transversal de toda la persona, brota del modo en que está articulada el alma con el cuerpo de manera diferenciada, en el caso del varón y en el caso de la mujer”, explicó y agrega “la identidad de género, por supuesto, es un hecho empírico. Tú y yo tenemos una cierta idea personal de lo que somos en materia sexual y de nuestra preferencia sexual. Esa cierta idea puede estar integrada a mi identidad sexual a mi persona, o puede estar desintegrada”, explicó el profesor.
“Hay que empezar a construir una teoría de género que permita entender bien la identidad sexual construida desde la identidad sexual profunda de la persona y que nos permita aprender e incorporar, por ejemplo, en materia de políticas públicas y legislación, lo mejor de la perspectiva de género”, dijo Rodrigo Guerra, aclarando que hay que entender que no todo el discurso de género es enemigo y que hay muchas verdades que se anuncian en él, a veces exageradas o distorsionadas. “El cristianismo ha acogido elementos e insumos de ambientes no cristianos, primero que nada, por la fidelidad al depósito de la fe y particularmente a Cristo; porque solamente al interior del Misterio de la Encarnación es posible redimir al mundo: lo que no es asumido, no es redimido; Y entonces es preciso, tener la simpatía elemental con todo lo que es verdadero y bello, ahí donde se manifieste, aun cuando se manifieste de manera imperfecta”, dijo.
Para finalizar, el miembro del Pontificio Consejo Justicia y Paz recordó la ocasión que el Papa Francisco dijo “Quien soy yo para juzgar” explicando que “las personas que poseen preferencia por personas del mismo sexo están sumergidas en complejos contextos que es menester descifrar primero antes de apresurar un juicio moral. Y al realizar este último, el juicio se realiza sobre las acciones, no sobre las personas”.
Fuente: Academia de Líderes Católicos
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