Este 18 de agosto celebramos la Fiesta de San Alberto Hurtado, un hombre nacido en nuestra diócesis, que pasó haciendo el bien, siendo regalo de Dios en nuestra historia. Un hombre que se encontró con Cristo, de una manera total y definitiva. Que de ese encuentro vital, fue capaz de plantearse – primero a sí mismo, y luego a nosotros – una pregunta fundamental, que sigue resonando cada día con más fuerza: ¿Qué haría Cristo en mi lugar?
Es claramente mucho más que una pregunta. Es la expresión del modelo de santidad que lo llevó a los lugares donde Dios estaba presente en su tiempo, y donde – a pesar de los años transcurridos – sigue presente también en todos nuestros pueblos y ciudades. La pregunta cuya respuesta lo llevó a recorrer generosamente los lugares donde Dios más lo necesitaba, junto a los más postergados, los más pequeños, los descartables de su tiempo.
La vida sencilla de Alberto, – el Padre Alberto Hurtado -, que en sus encuentros de cada día fue descubriendo a su Señor en cada rostro de sufrimiento, de pobreza, de injusticia y de exclusión, y terminó llamándolos cariñosamente sus “patroncitos”. Que como fruto de su experiencia llegó a decir con propiedad: “Jesús es el pobre”.
Jesús es la base de su compromiso evangélico. El que nos invita a buscar primero el Reino de Dios y su justicia. Ese compromiso evangélico llevará a San Alberto a descubrir que en la solidaridad el amor y la justicia se abrazan. Que no basta la caridad si no va de la mano del esfuerzo de contribuir a superar las situaciones de injusticia social. Es en Jesús del evangelio en quien San Alberto encuentra el motor de su vida de apóstol de la justicia social desde su tiempo, y que sigue inspirando a hombres y mujeres en el presente. Será en el evangelio donde San Alberto encontrará siempre la fuerza para seguir trabajando incansablemente, por sobre críticas, acusaciones, y recelos acerca de su labor.
En este día, y todos los días, comencemos desde el Evangelio preguntándonos ¿Que haría Cristo en mi lugar? para seguir con fuerza renovada construyendo entre todos un Chile más justo y solidario para todos los hijos e hijas de Dios.
Un saludo especialmente agradecido a los equipos que trabajan en nuestras pastorales sociales en parroquias y comunidades de nuestra diócesis.
Por Diácono Leonardo Córdova, director Pastoral Social Caritas Valparaíso y Delegado Episcopal para el Desarrollo Humano Integral de la Diócesis de Valparaíso.
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