Como es tradicional la celebración principal se realizó en la parroquia de los Migrantes, Inmaculado Corazón de María. Este año la celebración contó con delegaciones de diversas comunidades de inmigrantes y Representantes del Cuerpo Consular de Valparaíso. Nada sería de Chile sin la presencia de los Migrantes, los de antaño, los de ayer y los de hoy con ellos somos Chile.
La Misa fue especialmente emotiva donde se administró el Sacramento del Bautismo y la Primera Comunión de Inmigrantes de Venezuela y de Bolivia.
Un llamado importante en su homilía hizo en este sentido el Delegado de Incami y Director del Dpto. de Movilidad Humana de Valparaíso el padre Pedro Nahuelcura Vargas “Construir una Iglesia más acogedora, que integre, promueva y acompañe a este Pueblo de Dios Migrante, repitiéndonos todos una y otra vez ante la situación real de los miles de migrantes: ¿Qué haría Cristo en mi lugar?, y nunca olvidar que Todos somos hijos e hijas de Dios, porque para Dios nadie es ilegal”.
En las ofrendas se entregaron dones representativos de cada país y al finalizar la Eucaristía se rezó la Oración por los migrantes y se envió a los jóvenes (bautizados y los que emprendieron su vida eucarística) a ser puente de fraternidad.
Se agradeció en especial el trabajo pastoral de la Hermana Nieves religiosa de la Sagrada Familia y coordinadora de la catequesis para inmigrantes. Posteriormente, se realizó una fiesta en los salones parroquiales donde se compartió entre todas las nacionalidades un almuerzo fraterno. En toda la ocasión destacó la presencia de la gran cantidad de jóvenes migrantes.
Fuente: Dpto. Movilidad Humana Diócesis de Valparaíso
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