“El Beato José Vaz, ilustre miembro del Oratorio, es uno de los más grandes misioneros del Asia. Su alma, totalmente unida a Jesús nuestro amado Señor y Pastor, estuvo sedienta de la salvación de sus hermanos y hermanas, sobre todo aquellos del lejano Sri Lanka. Cuando llegaron a sus oídos noticias de los sufrimientos que padecían al vivir su fe, como San Pablo, no pudo hacer otra cosa que responder a la necesidad de ellos.
La vida apostólica de un misionero es fruto de lo que él vive en lo más profundo de su alma. Él participa así intensamente de la vida del Señor probando la misma sed de Jesús en la Cruz, los sentimientos de Cristo son los suyos. Viviendo una verdadera espiritualidad oratoriana, el Beato José Vaz ha encontrado la fuerza necesaria para abandonarse entre los brazos del Señor, hasta dejar su tierra, su pueblo, hasta negarse a sí mismo. Frente a tantas dificultades, peligros, sufrimientos, por su propia iniciativa irá a dar servicio a los católicos que están dispersos por toda la isla de Sri Lanka, de este modo es fuente de inspiración, un guía para todos nosotros.”
Beato José Vaz, ruega por nosotros.
(Extracto del MENSAJE del Excmo. Sr Arzobispo de Colombo)
“En consideración de todo lo que el P. Vaz hizo y hace, de cómo lo hizo y de las circunstancias en la cuales llevó a cabo la gran obra de salvar una Iglesia en peligro, es justo saludarlo como el más grande misionero cristiano que jamás ha habido en Asia” Juan Pablo II – en la homilía de la Misa de Beatificación en Colombo, 21 de enero de 1995.
Biografía Beato José Vaz
Nació en Benaulim (India), entonces Goa, colonia portuguesa el 21 de abril de 1651, de padres cristianos aunque descendientes de brahamanes. Después de realizar su estudios humanísticos y literarios en la ciudad de la Vieja Goa, se ordenó sacerdote en 1676 y fue comisionado como Vicario Apostólico de la región de Kanará en 1681, aunque en su corazón estaba el deseo de partir a la isla de Ceylán, donde los católicos carecían de sacerdotes desde la colonización holandesa y la introducción del protestantismo calvinista.
Convencido de que sólo no podía realizar muchas cosas a favor de la fe en Ceylán, decidió formar un núcleo de sacerdotes con ideales misioneros, para acoger vocaciones originarias del lugar –novedosa iniciativa para la época- y así contrarrestar el rechazo hacia los europeos a quienes veían como invasores portugueses u holandeses.
Con treinta y un años de edad el P. Vaz inició una pequeña comunidad que se estableció en la iglesia de la Santa Cruz de los Milagros. Surge entonces la necesidad de darse un estatuto para normar su vida y trabajo comunitario, y deciden adoptar las constituciones de la Congregación del Oratorio fundada por san Felipe Neri en Roma, dedicándose a la oración, la predicación y la caridad con los hambrientos que abundaban en la “Dorada Goa”.
Así las cosas, se resuelven ir a Ceylán dos sacerdotes, un hermano y un joven laico en 1687. Entran clandestinamente en la isla, como mendigos errantes para poder atender a los católicos ocultos. Se extienden de la costa al centro de la isla en el reino de Kandy, desarrollando una amistad con el rey Vimaladharma Surya II, y a su muerte en 1708, con su hijo Narendrasinha, ambos busdistas pero bien dispuestos con los misioneros católicos.
Recorrió Ceylán, descalzo, pidiendo comida de puerta en puerta. Al igual que sannyasis de la India, llevaba cuentas de oración alrededor de su cuello -él llevaba el rosario- quizás también un cántaro. Durante sus viajes, se aferra a las cuentas del rosario y lo recita alternadamente con sus compañeros con gran devoción a la Santísima Virgen, de quien se declara “esclavo de María”.
Visitaba a los enfermos -especialmente durante la epidemia de viruela que se inició en 1697- y a los cristianos en la cárcel, reanimando la fe de los católicos, hasta el día de su muerte el 16 de enero de 1711. Será recordado por sus habitantes como Maha Swamy (gran padre) y por su Congregación del Oratorio de Goa reconocida por las autoridades eclesiásticas de la India, Portugal y Roma, manteniendo su espíritu hasta la supresión de las órdenes religiosas por las autoridades de Portugal en 1835.
Su causa de canonización se inició en 1737 pero quedó dormida. Sólo dos siglos más tarde, el 21 de enero de 1995, en Colombo, fue beatificado por el papa Juan Pablo II, con ocasión de su visita apostólica a Sri Lanka, la antigua Ceylán. Litúrgicamente se celebra el 16 de enero.
Participemos de la Canonización
El martes 13 de enero en la Eucaristía de 19.30 hrs, en la parroquia San Felipe Neri de Villa Alemana, se hizo oración especial por el beato José Vaz, dada su canonización, pidieron su intercesión por la Iglesia perseguida, por las vocaciones sacerdotales, por la obra misionera de la iglesia, además de dar gracias a Dios por este don maravilloso, y más aún por su espíritu que indudablemente bebió del Oratorio de San Felipe Neri donde ha nutrido su alma misionera.
Oración al Padre José Vaz
“Padre todopoderoso y eterno, te damos gracias por el don precioso del Beato José Vaz, el apóstol de Sri Lanka.
Su celo ardiente y labores incansables encendieron la fe de nuestros antepasados en un momento de amarga persecución.
Te agradecemos por las muchas bendiciones derramadas sobre nuestra tierra a través de él y de las muchas maravillas que obró durante su vida y después de su muerte.
Escucha nuestras humildes oraciones y dígnate a glorificarlo para que inspire a la Iglesia a honrarlo entre tus santos. Que su vida heroica nos inspire a profundizar nuestra fe, fortalecer nuestra esperanza y encender nuestro amor, para que podamos ser testigos llenos del espíritu de Jesucristo, nuestro Señor y Salvador.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor, quien junto al Espíritu Santo, vive y reina contigo, único Dios, por los siglos de los siglos. Amén”.
El Papa Francisco, este Miércoles 14 de enero a las 8.30 horas presidirá la Santa Misa y Canonización del beato José Vaz en el Galle Face Green de Colombo, SRI LANKA. Transmisiones en directo del CTV (Centro Televisivo Vaticano), la transmisión es a las 23.00 horas chilena del martes 13 de enero.
Fuente: Marcela Amaro, Comunicadora Parroquia San Felipe Neri de Villa Alemana
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