Padre Cromacio Díaz: Un hombre de gran fe y esperanza

Desde la mañana de ayer cientos de personas llegaron hasta el Colegio Seminario San Rafael de Valparaíso para dar gracias por la vida del Padre Cromacio Díaz de Alda Ursúa quien había fallecido en esa madrugada.

El padre Cromacio nació el 9 de febrero del año 1930 y fue ordenado sacerdote por Mons. Emilio Tagle, el 16 de marzo del año 1975.

En la tarde de hoy, cientos de personas llegaron a la Iglesia Catedral de Valparaíso para recordar y dar gracias a Dios por la persona y el sacerdocio del Padre Cromacio Díaz. Estuvieron presentes familiares, sacerdotes, diáconos permanentes, alumnos y ex alumnos del Colegio Seminario San Rafael y muchas personas que lo querían.

En su homilía, Mons. Gonzalo Duarte señaló que “nos hemos congregado ayer y hoy como una familia ya que somos hijos e hijas de Dios. Hemos recordado sus anécdotas, historias y eso significa que está muy presente en el Colegio Seminario San Rafael, en el clero diocesano, en su familia y en muchas personas”.

El padre Cromacio nació en una familia católica quien pensó que con el don de la fe católica le regalaban lo más importante. “Él recibió esta fe, la trabajó, peleó por su fe y su esperanza y a lo largo de su vida trató de llevar una vida coherente con esta fe. Esta fe la expresó en su vocación de Maestro, también en su vocación sacerdotal. Él hacía presente en su persona al Señor Jesucristo, Maestro y Pastor. Quiso ser maestro y pastor en su estilo, todos lo conocemos; y quiso llevar una vida de inmensa coherencia personal”.

Al ir finalizando su homilía, Mons. Duarte invitó a los presentes a que se plantearan qué estamos haciendo con la fe bautismal que recibimos. “Pensemos en nosotros, qué hacemos con este tesoro que es un tesoro delicado que llevamos en vasos de barro. ¿Qué nos vamos a proponer a partir de esta Eucaristía?. Quisiera que cada uno, se propusiera algo pensando en el padre Cromacio, para tratar de seguir su camino de fe y esperanza, que fue seguir a Jesucristo Nuestro Señor para ser coherente en nuestras vidas, nuestra Iglesia y nuestro tiempo”. 

Visto 84 veces,  2 vistas hoy