“El Señor nos llama a vivir una vida de alegría”

En la Parroquia Virgen del Carmen de Viña del Mar el padre Gustavo Álamos presidió su primera Misa. En ella estuvieron presentes Mons. Gonzalo Duarte, Obispo de Valparaíso, Mons. Javier Prado, Obispo Emérito de Rancagua, sacerdotes, diáconos permanentes, religiosas, familiares, amigos y fieles de la comunidad.

Con mucha emoción se vivió cada momento de esta primera Misa del Padre Gustavo. En la homilía el padre Gustavo se refirió a las lecturas proclamadas. “Las lecturas nos hablan de algo nuevo que está sucediendo. Ese espíritu de Jesús que hace nueva todas las cosas. Todos los que hemos recibido el bautismo hemos recibido la novedad de Jesús. El Señor está siempre con nosotros y en este Tiempo Pascual no recordamos a un Dios muerto. Estamos reunidos aquí en nombre de Jesús. Su victoria es nuestra victoria, y esa victoria es posible por el Espíritu Santo”.

“Todos los días el Señor nos da la posibilidad de volver nuestro corazón hacia Él, de acoger sus enseñanzas y que su vida dé frutos en nosotros. El Señor nos llama a vivir una vida de alegría. Estamos llamados a manifestar la presencia del Señor en nuestra vida con alegría. Cada uno de nosotros hace presente de un modo particular al Señor. Es tarea nuestra ir asumiendo su gracia e ir haciendo que ella fructifique en nuestro corazón. Jesús que es Padre cuenta con nosotros, el Señor obra mediante nosotros. Somos presencia de Cristo en la tierra porque somos la familia de Dios”.

Antes de dar la bendición final, el padre Gustavo agradeció por su vocación, a sus papás Gustavo y Loreto; a sus hermanas y familias; a sus abuelos; a su abuelita Mariana que ha sido un importante baluarte en su camino; a sus padrinos de bautismo Mariana y Alberto. También, efectuó un saludo a su tío Alberto que está con Alzheimer; a sus tíos y primos por su cercanía; al Obispo, sacerdotes que lo alentaros estos años, a las comunidades de religiosas y religiosos que han orado por él, al Pontificio Seminario Mayor San Rafael por la formación recibida; a los hermanos seminaristas los motivó a seguir adelante. Además, agradeció a las comunidades parroquiales donde ha estado, a quienes prepararon esta celebración. A todos los amigos que estaban presentes y que han compartido con él diferentes etapas de su vida.

Luego de sus agradecimientos, los papás del padre Gustavo le dieron su bendición y después él los bendijo. Sigamos rezando por el padre Gustavo para que Dios lo siga llenando de abundantes bendiciones. 

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