Fiesta de Corpus Christi se celebró en la comuna de Puchuncaví

El domingo 29 de mayo en la Parroquia Nuestra Señora del Rosario de Puchuncaví se celebró la fiesta de Corpus Christi, del Cuerpo y la sangre de Jesús, la que comenzó con una solemne eucaristía, que presidió el Vicario Parroquial Padre Gustavo Álamos, acompañado del diácono permanente Ismael Morales, seminarista, acólito y gran cantidad de fieles que llegaron al templo parroquial.

Durante la homilía el Padre Gustavo señaló “como cristianos estamos en una gran Tradición: la de la fe que se recibe, la de la fe que se entrega. San Pablo era consciente de este carácter tradicional de la fe, y más aún, del carácter tradicional de la celebración eucarística. Él transmite lo recibido: El Señor Jesús, en la noche en que iba a ser entregado, tomó pan, y pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo… palabras que tantas veces hemos escuchado cuando hemos participado en la Santa Misa. Y el Señor nos entrega su Cuerpo, que es su Persona: se da por entero. Y ha derramado su Sangre por nosotros, es decir, en mentalidad judía: ha derramado su vida. Por esa sangre, somos revitalizados con Vida Eterna, su sangre nos vivifica: en Cristo somos vivientes”.

“Celebrar el Corpus Christi es hacer presente ante nuestros ojos el Misterio de la fe: Cristo con nosotros, por nosotros, para nosotros, con su Cuerpo, con su Sangre, con su Alma, con su Divinidad. Él no nos ha querido dejar solos, y se queda entre nosotros hasta el final de la historia. Se queda como alimento de Vida Eterna, alimento que sacia sin saciar; que aumenta nuestras ansias de vida eterna, que nos “capacita” para Dios. Nuestra es la experiencia de quienes participaron en la multiplicación de los panes y de los pescados: nuestros anhelos más profundos son satisfechos por el pan de los ángeles, nuestros deseos más altos son colmados por el mismo Cristo dado para nuestra comunión”.

“Él es el sacerdote eterno, el verdadero Rey de Salem, Él es nuestra Paz. En la comunión se nos da la paz verdadera, aquella que ningún espejismo terrenal nos da”.

Finalizada la Eucaristía se comenzó la procesión por las calles de Puchuncaví en la que familias prepararon altares para poder poner el Santísimo Sacramento. En ellos se oró por las familias de Puchuncaví, por las autoridades comunales, por los niños y jóvenes, por las vocaciones a la vida sacerdotal, religiosa y matrimonial, y por los más necesitados: enfermos, pobres, desamparados, privados de libertad.

Esta procesión fue acompañada por el baile Chino Peregrino de Puchuncaví que con gran devoción acompañó a Jesús sacramentado. Al finalizar la procesión se concluyó en el templo parroquial donde se expuso el santísimo para hacer la última oración. El padre Gustavo agradeció a todas las personas que colaboraron en esta festividad: a los portadores del santísimo, a las familias que prepararon los altares, al diácono Ismael y a la comunidad parroquial.

Fuente: Pastoral de Comunicaciones Parroquia NS del Rosario de Puchuncaví 

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