Cincuenta años de trabajo realizado con abnegación, cariño e interés por el prójimo, no pueden pasar desapercibidos ni indiferentes. Por ese motivo el sábado 24 de septiembre se celebró una Eucaristía en la Capilla del Hospital de Santo Tomás en San Francisco de Limache, que fue presidida por Mons. Gonzalo Duarte, Obispo de Valparaíso, con el propósito de celebrar las Bodas de Oro de vida religiosa de la Hermana María Angélica Alvear Ortega, perteneciente a la Congregación de las Hermanas de la Providencia con sede en San Francisco de Limache.
La intención de esta eucaristía fue dar gracias a Dios por los 50 años de vida religiosa al servicio del Señor y del prójimo y además renovar los votos de: Castidad, Pobreza y Obediencia.
Al inicio de la Eucaristía, ingresaron un grupo de niños que simbolizaban verdaderos Angelitos, mientras el coro interpretaba “Hay angelitos en este lugar”. Esta representación fue dedicada en forma especial a la Hermana María Angélica por su carisma y amor por los pequeños.
Acompañando a la Hermana María Angélica, estaban sus hermanas de la Providencia, además de otras hermanas de distintas congregaciones, sus hermanos Mercedes y Camilo más feligreses de Limache y otras comunidades.
La Eucaristía no estuvo exenta de emoción y regocijo, sobre todo al momento que la Hermana María Angélica renovó sus votos de: Castidad, Pobreza y Obediencia y luego cuando agradeció a Dios por estar a su servicio. La hermana señaló que el principio fundamental de su vida religiosa está basado en el salmo 16:2 que indica: “Tú eres mi Señor, ningún bien tengo sin ti” – “Tú eres mi Señor, no hay felicidad fuera de ti”.
Como guía se debe tener presente que María bajo la advocación de Nuestra Señora de los Dolores es la perfecta Hija de la Providencia que encarnó de modo pleno el Carisma de esa comunidad.
Las Hermanas de la Providencia, ponen su confianza en Dios Padre Providente y la Virgen Santísima, bajo la advocación de Nuestra Señora de Dolores. Es importante señalar que cincuenta años de vida consagrada, es un motivo muy especial para dar gracias a Dios por el don del llamado. También lo es mirar el presente, pasado y futuro con los ojos de ese Dios que nos comprende y nos ama.
Se estima que de esta forma miró Dios a la Hermana María Angélica, siendo aún una adolescente y así determinó contar con ella para continuar su obra, y por ello la invitó para una misión especial de amar y servir a la Iglesia.
La Hermana María Angélica es oriunda de Concepción, del seno de una familia muy creyente. Con el tiempo ella se fue planteando la realización de su vida como religiosa y así se sintió atraída por la Congregación de las Hermanas de la Providencia, donde ingresó a los 16 años.
Su perfil es el de una persona de mucha fe, orante, sencilla, fraterna, cercana y comprometida, cualidades que se han destacado en todos los lugares que se ha desempeñado, tanto en Chile como en el extranjero.
Damos gracias a Dios y a la Santísima Virgen por el regalo de tener a la Hermana María Angélica como parte de la comunidad religiosa de San Francisco de Limache, donde sin duda se ha destacado en la labor de ayuda a los niños y al más necesitado.
Fuente: Carlos Arias, Comunicador
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