Una misión diferente: bares y calles del barrio Puerto en Valparaíso

Los bares porteños no son siempre un espacio de alegría, esperanza y bienestar; muchas personas que los visitan están acompañadas por una permanente soledad, silenciados por elocuentes vidas privadas de dignidades fundamentales y, ¿por qué no decirlo?, por pecados personales que se han transformado en delitos antes la justicia de los seres humanos.

 

También, en este barrio puerto de Valparaíso, viven personas en la calle, aunque no siempre en situación de calle; ellas son mujeres y hombres que tienen la Plaza Echaurren como living, las veredas de las calles como balcones y el comedor solidario (Ver video del Comedor 421), servido por la Parroquia La Matriz, como comedor. Son hermanos y hermanas que han pasado años compartiendo sus vidas en lugares públicos. Son conocidos por todos y, a veces, queridos por pocos; son fieles rostros que permiten identificar el barrio fundacional de Valparaíso con rastros de dolores, penas y sueños.

 

Es en este contexto en donde un grupo formado por 8 seminaristas del Pontificio Seminario San Rafael de Lo Vásquez están desarrollando una misión en el denominado, y a veces temido, Barrio Puerto de Valparaíso. Ellos están convencidos que regalar el don de la fe en Jesús pasa por compartir con alegría y humildad la experiencia que ellos mismo tienen del amor de Jesús. El escuchar una historia de una persona no escuchada, el abrazar a alguien que ha sido rechazado, el abrir esperanzas del amor incondicional de Dios por cada uno de nosotros, se hace misión y diálogo en estos lugares de tanta desesperanzas.

 

La alegría de estos seminaristas es experimentar la gran acogida que esta misión está teniendo en aquellas personas que son del barrio puerto. La sonrisa pueril en un rostro varonil, la acogida respetuosa de una persona que se destruye por el alcohol y la droga y las palabras de aliento para estos seminaristas que sólo desean ‘ser compañeros de caminos’ de hermanos y hermanas de fe, nos alientan a hacer partícipes a la Iglesia de Chile de esta Buena noticia a anunciada a los pobres.

 

Deseamos pedir oraciones para que este milagro de amor siga replicándose en estas dos próximas semanas que dura esta misión, la que esperamos deje semillas de amor infinito en un barrio puerto que sigue caminando en la fe y el amor.

 

Fuente: Comunicaciones Parroquia La Matriz

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