En la Parroquia de San Miguel, la Vigilia de Pentecostés se celebró en la misa de las 19.00 del sábado 23 de mayo, contando con la participación amplia de las diferentes fraternidades que participan en la Parroquia, en especial de las Hermanas de la Orden Franciscana Seglar, los Hermanos de la Medalla Milagrosa y de los Laicos Capuchinos.

La Eucaristía fue oficiada por el Padre Capuchino y Vicario Parroquial, Juan Nahuel Alvarado. En la homilía el Padre Juan señaló que:

“En las lecturas el Señor nos manifiesta que ÉL está en nuestra vida. En toda nuestra vida, desde que nacemos. Vela por nosotros en forma íntegra. El Señor nos deja Sacramentos que van mostrando ese acompañamiento en el desarrollo de nuestra vida. El primero de ellos es el Bautismo, donde nacemos a una vida nueva. A la vida con el Señor, en y con la Iglesia”.

“Nuestra responsabilidad y el de nuestra familia es crecer en el Señor, nuestro Dios. Apoyo a este crecer en el Señor, está el Sacramento de la Comunión, luego sigue el Sacramento de la Confirmación, para dar fortaleza a nuestra fe. Alcanzar madurez espiritual, nos llevará a dar testimonio de fe. Y si es necesario dar la vida. Esto es lo que nos pasa, cuando Pablo nos dice que con la Esperanza estamos salvados”.

“Pero si esperamos lo que no vemos y con constancia, nuestra madurez en la Fe se da, el Señor viene… significa escuchar al Espíritu Santo, hacerle caso. Nos ayuda a superar nuestras debilidades. Para eso debemos orar. No estamos solos en este mundo. Estamos con el Espíritu de Dios”.

“En cada actividad humana hay sacrificio, algo nos cuesta, pero hay que vivir la palabra de Dios. Debemos permitir que el Espíritu actúe en nosotros. Debemos escuchar al Espíritu!!!. El Señor por medio del Espíritu Santo nos ayuda a vivir nuestra VIDA plena”.

Fuente: Equipo de Comunicaciones de la Parroquia de San Miguel

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