El día de la Asunción de la Santísima Virgen María se constituyó en una fiesta familiar en el sector de Valencia, en Quilpué. Hasta el templo de la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús, ubicado en el paradero 30 y medio del Troncal urbano, llegaron grupos familiares completos para participar de la celebración y orar en comunidad.
La misa oficiada por el párroco, padre José Antonio Atucha, reunió a la catequesis Familiar y de Confirmación. Niños y jóvenes acompañados por familiares se sumaron a las decenas de feligreses que concurrieron al oficio y que oraron y cantaron a la Virgen con mucha devoción.
Los pequeños de la catequesis Familiar, que preparan su primera comunión, escribieron cartas a la Virgen María, las que fueron depositadas en una mesa en el altar y algunas de las cuales fueron leídas en la oportunidad. El padre Atucha destacó las peticiones de amor y paz en sus hogares que había en los escritos. Niños y niñas recibieron la oración del Padre Nuestro, previamente bendecida por el sacerdote.
Asimismo, en la oportunidad un joven hizo su primera comunión y los integrantes del grupo parroquial Servidores de María renovaron su consagración.
En su homilía, el párroco llamó a los feligreses a preguntarse sobre los propósitos de su vida y lo que cada uno está aportando al mundo. Dijo que “Jesús vino para hacer este mundo más fraterno” y lamentó que en el país se esté discutiendo sobre el aborto, “la solución más fácil”, sostuvo.
El grupo Servidores de María, como es tradicional en esta fiesta, renovó su consagración a la Virgen después de una intensa preparación realizada en el último mes, que considera reuniones periódicas en las que estudian la vida de María, oran y reflexionan acerca de las escrituras bíblicas.
En esta oportunidad se incorporaron dos nuevas integrantes, Patricia Gallardo Solar y Susana Mondaca Bustos, quienes recibieron una especial bendición en el altar.
Este grupo está orientado al conocimiento de María, a la oración y al servicio parroquial en todas las actividades en que se haga necesario, siendo un gran propósito apoyar al párroco en su ministerio y la administración parroquial. Se reúne dos veces al mes para sus reflexiones y oraciones compartidas, ornamenta el templo en las festividades marianas y presta atención a las visitas especiales, que llegan también a prestar algún servicio ocasional.
Su coordinadora es María Eugenia Escárate Arancibia, quien sostuvo que el grupo tiene nueve años de existencia y su propósito personal es “seguir a María, ser su esclava, para que disponga de mí y de todo lo que me pertenece, sin reserva, para mayor gloria de Dios, en el tiempo y la eternidad”.
Fuente: Sandra Pizarro, Comunicadora Parroquia Sagrado Corazón de Jesús
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