Con la presencia de delegaciones de varios países se celebró una Eucaristía por el Día del Migrante en la Parroquia Inmaculado Corazón de María de Valparaíso. Al término de la Misa hubo unos pies de cuecas y un compartir en los salones parroquiales.
En la homilía, el padre Pedro Nahuelcura Párroco de Inm. Corazón de María y Director de la Pastoral de la Movilidad Humana del Obispado de Valparaíso reflexionó sobre el Día de los Migrantes y la realidad de ellos en nuestra región.
“Hoy cuando celebramos la canonización de la Madre Teresa de Calcuta nos da una inmensa alegría celebrar el Día del Migrante y el Papa Francisco en este Año de la Misericordia nos ha llamado a resaltar la acogida que tenemos que tener todos con los migrantes. El Evangelio de hoy nos propone dejar todo aquello que nos destruye. Nada ni nadie puede ocupar el lugar de Dios”.
“Estamos viendo el éxodo en Europa, que ha ido aumentando impresionantemente. En esta realidad es que el Papa Francisco nos invita a abrir nuestros corazones a acoger al desvalido, al pobre, a la viuda. Éste es un día para dar gracias a Dios porque si escarbamos nuestros orígenes muchos fuimos descendientes de migrantes”.
En la actualidad y debido a los problemas que hay en sus países estamos recibiendo más migrantes de Venezuela y de Haití. “Tantos hermanos y hermanas que buscan un porvenir mejor. El que emigra es porque ha hecho un profundo examen de conciencia, muchos dejan familias, hijos. ¿Qué reciben a cambio? Parece que los chilenos nos olvidamos de nuestros orígenes. ¿Qué sería de Valparaíso sin los migrantes que hicieron tanto bien a este puerto como los franceses, los ingleses, alemanes, españoles? Por eso me da pena tanto racismo y nacionalismo. Tenemos que ser capaces de despojarnos de todo lo que entorpece el alma del ser cristiano. No podemos dar cabida a la xenofobia. Este es un Chile de todos y todos los que llegan vienen a aportar. También debemos tener presente a la cantidad enorme de chilenos que viven fuera del país. Tantas familias, seres queridos que se van. Hay más de un millón y medio de compatriotas que viven fuera del país”.
El padre Pedro también informó que estaban presentes dos religiosas de Santiago de las Hermanas Franciscanas de la Misericordia quienes regalaron, después de una profunda campaña que realizaron, dos nuevas casas para los migrantes en Valparaíso. “Si Dios quiere a fines de septiembre empezaremos las obras de construcción de las dos casas. Agradezco este gesto y le entregamos a Dios este proyecto”.
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