Con hondo sentido cristiano, se celebró el Triduo Sacro en la Parroquia de la Resurrección del Señor de Las Ventanas. El padre Gustavo Álamos, vicario parroquial, presidió las celebraciones de la Comunidad.
El Jueves Santo, en hora vespertina, el Pueblo de Dios se reunió para la Misa en la Cena del Señor. En la homilía, el Vicario parroquial se refirió a la tradición que el Señor Jesús dejó como memorial y actualización perpetuo de su Sacrificio redentor por toda la humanidad. El Cordero de Dios nos enseña hasta qué punto puede llegar la profundidad del Amor de Dios por todos nosotros, y cómo ese Amor nos llama a hacerlo presente en la historia que nos toca vivir. El lavatorio de los pies, de doce personas -niños, niñas y personas adultas- fue un momento muy especial, que nos habló del Amor que se hace servicio. Finalizada la Santa Misa, la Asamblea reunida acompañó en procesión al Santísimo Sacramento, que fue reservado, para su adoración, en una estación ubicada en uno de los pórticos laterales del templo.
Recogimiento y gran devoción en Vía Crucis en Ventanas
El viernes y el sábado Santo hubo retiro en la mañana, y celebración del Sacramento de la Reconciliación.
El Viernes Santo, por la tarde, se celebró la Liturgia de la Pasión. Se meditó el sentido de la Crucifixión de Jesús, y cómo Aquél que fue traspasado nos llama a acoger la Vida que brota de su costado abierto. La Sangre y el Agua Santa que manan del Cuerpo Santo de Cristo nos sostienen en nuestro caminar, y son una permanente invitación a convertir nuestras vidas. Las sucesivas “entregas” de Jesús nos hablan al corazón: estamos llamados a la entrega de todo lo nuestro, en un real seguimiento del Maestro. Terminada la Liturgia, el pueblo de Las Ventanas se congregó y caminó por el Vía Crucis, preparado con gran entusiasmo y cargado de detalles por los jóvenes del Centro Faustino Pérez-Manglano Magro, del movimiento marianista presente en la parroquia.
¡Aleluya! La Vigilia Pascual fue vivida con gran intensidad. El pueblo se congregó en la plaza de Las Ventanas a las 21 horas, y peregrinó al encuentro del Señor resucitado, Luz del Mundo. La Liturgia de la Vigilia estuvo marcada por una fuerte participación de la Asamblea, que aclamó con el canto alegre a su Señor, y experimentó su misericordiosa presencia, de manera particular en el bautismo de tres nuevos hermanos, y en la Eucaristía. ¡Cristo ha resucitado! – ¡Verdaderamente ha resucitado! Fue el grito jubiloso que animó la celebración. Luego del canto del Reina del Cielo, todos los presentes compartieron un ágape fraterno para anunciar a todos la alegría de la RESURRECCIÓN. ¡Aleluya!
Fuente: Mauricio Tobar, Comunicador Parroquial
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