“No he venido a hacer mi voluntad, sino la de Aquel que me envió” Jn 5, 30b

Con mucha alegría y en familia se celebró la Eucaristía con la que se agradeció por los 25 años de vida religiosa de la hermana Nilda Miranda de la Congregación Hermanas de la Caridad Dominicas de la Presentación en la Parroquia Nuestra Señora de las Mercedes de Concón. La Santa Misa fue presidida por Mons. Santiago Silva, Obispo Castrense, junto a él estaban sacerdotes, diáconos permanentes, religiosas, familiares y fieles de las comunidades donde la hermana ha servido.

En su homilía, Mons. Silva señaló que “Estamos aquí acompañando a Nilda para celebrar la Eucaristía para con ella, dar gracias a Dios por lo que Dios en ella y a través de ella hace a su congregación y en la Iglesia. Cuando uno contempla 25 años de vida habla de fidelidad de la persona, los que somos consagrados sabemos que la fidelidad de la persona en realidad es la fidelidad de Dios”.

También reflexionó sobre el lema que la hermana Nilda escogió para su vida consagrada: “No he venido a hacer mi voluntad, sino la de Aquel que me envió” (Juan 5, 30b). “La voluntad de Dios, el discernimiento y la realización de la voluntad de Dios es lo más importante para mí. El proyecto de Jesús es el proyecto del Padre, por lo tanto, no quiero hacer mi proyecto, quiero hacer tu voluntad, aunque me cueste”.

“Esto se puede hacer por dos cosas: porque Jesús tiene en primer lugar clara conciencia de ser el Hijo de Dios, él no hace la voluntad del patrón si no la de su padre. Y, en segundo lugar, lo hace porque él ha tenido una experiencia profunda de un padre que lo ama. Cuando tú quieres una experiencia profunda de amor, haces la voluntad de la persona que amas, lo entiendas o no lo entiendas. Jesús con una profunda experiencia de Dios Padre hace lo que el Padre le pide, lo entienda o no lo entienda, le guste o no le guste, porque sabe que la voluntad del Padre nada malo va a contener para él”.

“Cuando uno entiende que es hijo e hija de Dios, la primera actitud que tiene que brotar del corazón, tal como Jesús, es la del discernimiento de su voluntad para vivir sumiso a esa voluntad. Aquí estoy Padre para hacer tu voluntad. No quiero hacer lo que a mí se me ocurra si no lo que tú estimes conveniente. Que Jesús sea nuestra fuerza, nuestro ejemplo, de tal modo que podamos entender que la vida a él le pertenece y que nuestra vida hacia él va; por lo tanto, hacer lo que él quiere, como Jesús hizo, es lo que constituye la esencia de la vida cristiana y por su puesto la esencia de la vida consagrada”.

Después, de la homilía, la hermana Nilda Miranda renovó su profesión religiosa proclamando la fórmula que hace 25 años la consagró al Señor y a la Congregación Hermanas de la Caridad Dominicas de la Presentación.

Al final de la Misa, la hermana Nilda reflexionó lo que han sido estos 25 años de vida religiosa. “Hace 25 años Dios me miró, quiso contar conmigo y me invitó para una misión especial, acoger la invitación significó abandonar la barca de mis seguridades y dejar a Dios realizar su proyecto en mi vida. No ha sido fácil esta trayectoria de los 25 años. Toda una trama de experiencias desarrolladas en la diferentes comunidades y funciones donde he realizado el envío misionero, pero convergen en el mismo ideal tratando de superar lo que no ha sido fácil y en todo momento como soporte seguro la presencia del Señor”.

“Veinticinco años de palabra y disposición mantenidas a golpe de gracia. Alcanzo una nueva etapa junto a ti Señor y a mis hermanas. No celebro tanto mis glorias y logros personales sino la gracia de Dios en mí. Por eso como San Pablo digo: Señor solo tu gracia me basta”.

A través de sus palabras agradeció a todos quienes la han acompañado durante estos años: las hermanas Franciscanas Cooperadoras Parroquiales donde se inició, a las hermanas de Congregación, a sus padres que la acompañan desde el cielo, a sus hermanas, sobrinos y sobrinos nietos. Agradeció también la presencia de Mons. Santiago Silva, Obispo Castrense, a los sacerdotes que se fueron haciendo hermanos en el camino, a los Misioneros Presentación y a las mujeres y hombres de las diferentes comunidades donde ha sido enviada.

“En este agradecimiento puedo expresar que hay nuevos retos, seguir escuchando la voz del Señor que me dice: deja y anda, es permanente esa llamada y nuevamente me invita a seguir mirando el horizonte y disponerme a arriesgarme más porque la realidad sigue invadiéndonos como María Magdalena: ve y dile a mis hermanos. Mi respuesta a tanto amor recibido y a esa fidelidad de 25 años es decirle: aquí estoy Señor, envíame; porque “No he venido a hacer mi voluntad, sino la de Aquel que me envió”, lema que me ha acompañado a lo largo de estos años”.

Luego de las palabras de la Hermana Nilda, hubo un esquinazo en el patio de la parroquia y se compartió un trozo de torta y una empanada en los salones parroquiales.

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