Con una mañana de compartir, rezar y la celebración de la Santa Misa, los párrocos y sacerdotes que colaboran en Parroquias celebraron el Día del Párroco en Lo Vásquez. También estuvieron presentes diáconos permanentes, seminaristas, religiosas y fieles. La Eucaristía se celebró en el Santuario de Nuestra Señora Purísima de Lo Vásquez.
El 4 de agosto, se recuerda a San Juan María Vianney, presbítero, que durante más de cuarenta años se entregó de una manera admirable al servicio de la parroquia que le fue encomendada en la aldea de Ars, cerca de Belley, en Francia, con una intensa predicación, oración y ejemplos de penitencia. Diariamente catequizaba a niños y adultos, reconciliaba a los arrepentidos y con su ardiente caridad, alimentada en la fuente de la Eucaristía, brilló de tal modo, que difundió sus consejos a lo largo y a lo ancho de toda Europa y con su sabiduría llevó a Dios a muchísimas almas.
Obediente, sencillo, humilde, agradecido. Este gran sacerdote, tierno y humano, murió el 4 de agosto de 1859. Había dado gloria a Dios y encumbrado con su santidad la pequeña aldea de Ars, prácticamente desconocida hasta que llegó, y que en adelante perviviría junto a su nombre. El Papa Pío X lo beatificó el 8 de enero de 1905. El Papa Pío XI lo canonizó el 31 de mayo de 1925, y en 1928 lo nombró patrono de los párrocos.
Mons. Gonzalo Duarte en su homilía reflexionó sobre el testimonio de santo Cura de Ars e invitó a los sacerdotes a tener su actitud. “Es importante que la gente sienta que su párroco es cercano, que sepa que reza por ellos. Los padres antiguos andaban siempre con medallitas en el bolsillo. Entregar una medallita es una manifestación de cercanía y de cariño. Esta actitud pastoral que se nos pide a imitación de santo Cura de Ars es estar disponible para escuchar, atender”.
“El Papa Francisco nos da un tremendo ejemplo. Me admiro por su capacidad de decir en palabras sencillas verdades profundas. Es un don de Dios que debemos implorar en la oración”.
“Todos, en este momento, podemos y debemos traer a nuestro corazón la figura de sacerdotes que nos impresionaron en nuestras vidas. Le damos gracias al Señor por el ministerio sacerdotal, por nuestros párrocos y por todos los sacerdotes que trabajan en la pastoral parroquial”.
Finalizó su homilía pidiéndole al Señor el don de la firmeza de la vocación. “Cada uno es responsable de su propia vocación, cada uno es responsable de su propia fidelidad. Celebramos al pie de la Virgen Purísima de Lo Vásquez Madre y Reina de los sacerdotes y seminaristas a la que queremos pedirle que nos acompañe, guíe y sea nuestra gran intercesora para que seamos fieles a nuestra vocación”
Visto 49 veces, 1 vistas hoy