“Asumamos el rol y el papel protagónico que tenemos en la Iglesia”

Desde muy temprano, empezaron a llegar a la Plaza de Armas de Casablanca cientos de jóvenes para participar de la XXI Peregrinación Juvenil al Santuario de Lo Vásquez, con la que se dio inicio al Mes de María. El lema este año nace de una frase de la santa madre Teresa de Calcuta: “La paz comienza con una sonrisa”.

La mañana se inició con la Liturgia de envío. En ella se compartió un saludo enviado por Mons. Gonzalo Duarte, Obispo de Valparaíso. Al dirigirse a los jóvenes les dijo: “Quiero decirles que estamos llamados a construir un mundo en paz; esto significa, un mundo construido en la verdad, la justicia, el amor, la libertad, el perdón, pero este proceso de construir la paz comienza con una sonrisa. Una sonrisa hace bien, una sonrisa no solo del rostro, sino del corazón nos hace más humanos, nos ayuda a manifestarnos más hermanos. Quiero invitarlos a ser constructores de la paz y la paz empieza con una sonrisa”. Su saludo concluyó, diciéndoles que él los acompañará desde su lugar de enfermo con oración, su cariño, alegría y gratitud.

Luego, los jóvenes iniciaron el caminar tomando el camino hacia el sector de Las Dichas, cruzando el puente La Draga para finalizar el trayecto en el Santuario Mariano. Durante el recorrido, fueron pasando por estaciones en las que reflexionaron sobre el mensaje del Papa Francisco.

Una vez que llegaron al Santuario de Nuestra Señora Purísima de Lo Vásquez, tuvieron un tiempo por comunidades, para luego vivir la “Fiesta del Encuentro con Jesús”, en el Campus Eucarístico. Ese momento fue animado por el cantante católico, Pablo Cifuentes, quien, acompañado por su banda, presentó su gira “No hay imposible”. Al igual que el año pasado, durante esta instancia, hubo un encuentro muy profundo con Jesús por medio de la Adoración al Santísimo.

La Peregrinación finalizó con la Santa Misa que fue presidida por el padre Paulo Lizama Asesor de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Valparaíso. Comenzó su homilía, reproduciendo el mensaje que mandó Mons. Duarte y que ya se había escuchado en la Liturgia de envío. Tras ello, el Padre Paulo comentó que “durante toda la peregrinación. Las estaciones, la voz y las palabras del Papa Francisco nos han invitado a que asumamos de una vez por todas como Iglesia y como Iglesia joven el verdadero protagonismo que tenemos nosotros en la renovación del mundo y por qué no decirlo en la renovación de la Iglesia. Este año hemos preparado como Iglesia un Sínodo sobre la fe, los jóvenes y el discernimiento vocacional. Un sínodo para la Iglesia para que reflexionemos también y para los jóvenes, para cada uno de los que se sienten jóvenes y para cada uno de los que se sienten jóvenes de Iglesia. Es un mensaje para todos nosotros”.

“Esta invitación del Papa que hemos reflexionado nos debe llevar a que asumamos verdaderamente el rol y el papel protagónico que nosotros tenemos en la Iglesia. Quienes los acompañan hoy somos personas de carne y hueso que necesitamos también la compañía, la fortaleza que ustedes nos dan. Los jóvenes necesitan de los pastores y los pastores necesitamos de los jóvenes”.

“Qué lindas imágenes nos llevamos de este encuentro, donde hemos caminado, reído, donde lo hemos pasado bien, hemos conocido personas, rezado, tenido un encuentro más profundo con el Señor en la Adoración al Santísimo y ojalá asumir el compromiso de lo que significa ser joven en la Iglesia, ser protagonista de un mundo mejor, pero asumirlo activa y concretamente, eso no es fácil porque implica muchas cosas”.

“Queridos jóvenes hoy vivimos tiempos muy importantes, contemplamos nuestro mundo, nuestro país, nuestra Iglesia, nuestras familias, nuestras comunidades y nuestro corazón y nos damos cuenta de la necesidad de paz. Es necesario escuchar la Palabra de Dios y tratar de llevarla a la práctica. Queremos compartir con ustedes una verdad que resuena al interior de nuestra Iglesia y es la invitación que el Señor nos hace a todos a responder a su llamada. Urge que, desde la juventud, incluso desde la infancia, estemos dispuestos a responder a la llamada que el Señor nos está haciendo. No es fácil, pero hace tremendamente feliz”.

 

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