Hermanos y hermanas:
Les escribo con verdadera gratitud y alegría por la participación de nuestra diócesis en la Visita del Santo Padre Francisco. La concurrencia a la Santa Misa en Santiago fue verdaderamente importante tanto por la participación de las parroquias, como del importante mundo de la educación, de los movimientos de Iglesia, etc. No sé de números exactos pero por lo que vi en la TV y por lo que me han informado los sacerdotes y diversos responsables fueron muchos los buses que partieron desde las diversas ciudades y pueblos. Doy un dato significativo que me dio el padre Bernardo Astudillo: de Isla de Pascua vinieron 40 personas y le trajeron al Papa el regalo del moai que todos hemos visto en los medios de comunicación. Muy importante fue, también, la participación en el Encuentro del Santo Padre con los jóvenes en Maipú. Muchos se quedaron en Santiago para participar al día siguiente en este Encuentro o viajaron el día miércoles y a la Pastoral Juvenil de la diócesis de Valparaíso le correspondió una importante responsabilidad en esta actividad. Además los que a través de la TV y de la radio seguimos al Papa en todos los momentos de su estadía en Chile fuimos muchos y quiero expresar mi sentir de que esta Visita ha sido para la Iglesia y para muchos hermanos y hermanas un verdadero Retiro Espiritual, al margen de los problemas y situaciones ingratas que se vivieron. Ahora nos queda seguir trabajando este tremendo Don del Señor: leyendo, estudiando y rezando los mensajes del Santo Padre en forma personal y comunitaria y preparando el nuevo desafío que nos queda para este año de los 200 años de la Independencia de Chile: el Congreso Eucarístico Nacional que celebraremos en todo Chile y sobre el cual recibiremos oportunamente todas las informaciones. Además de mi reiterada gratitud a todos los que viajaron a Santiago, a los sacerdotes y demás responsables de las diversas actividades y comunidades, quiero manifestar mi especial agradecimiento a la Vicaría de Pastoral y a los padres Rafael Osorio y Jorge Martínez, a la Pastoral Juvenil y al P. Paulo Lizama y su Equipo y al numeroso grupo de los “Voluntarios Papales”, que cumplieron un rol relevante, y a su responsable el profesor don Juan Ignacio Latorre, Rector del Colegio Seminario San Rafael de Valparaíso y Viña del Mar.
Pero la vida ha seguido y sigue. Me emociona el trabajo que se está haciendo como en todos los veranos: cursos de formación, campamentos de formación, misiones en ciudades y campos, actividades de servicio en favor de hermanos y hermanas y comunidades más necesitados y algo muy propio nuestro: las Fiestas que están muy en el corazón de nuestro pueblo y que requieren gran trabajo en su preparación y realización: Celebración de Nuestra Señora de los Desamparados este domingo 21 en La Calera, del Cristo Sumergido el domingo 28 en Quintero,de la Purificación de Nuestra Señora en Algarrobo el viernes 2 de febrero, de Nuestra Señora de Lourdes el 11 de febrero en muchos lugares de la diócesis y de Nuestra Señora Purísima de las 40 Horas en Limache el último domingo de febrero precedida de la muy concurrida Novena. Sin olvidar el Miércoles de Ceniza y comienzo del Tiempo Santo de Cuaresma, que este año cae el 14 de febrero, Miércoles de Ceniza.
Respecto a mi situación de salud: estoy contento y agradecido del Señor, de los médicos y de ustedes porque ayer los doctores dieron por terminada felizmente mi Quimioterapia. Sólo me falta que vayan desapareciendo las ingratas consecuencias secundarias en los ojos, las manos y sobre todo en los pies. Este lunes tengo curaciones en los pies, espero las últimas, en la Clínica Especializada en esto y el mismo lunes estoy citado al Fricke para continuar el post operatorio con el equipo de médicos cirujanos que me extrajo el tumor del cólon. Estoy contento, agradecido y esperanzado del Señor y de la Virgen Santísima.
Les reitero a todos mi afecto y gratitud y comprometámonos a seguir rezando por el Santo Padre y unos por otros.
Con mi Bendición,
Gonzalo Duarte G., ss.cc.
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