Miércoles de Ceniza en Parroquia San Miguel

La Parroquia San Miguel Arcángel de Viña del Mar, celebró Miércoles de Ceniza y con ello el inicio de Cuaresma, en dos Eucaristías realizadas el 14 de febrero. La primera a las 12.00 horas y la segunda a las 19.30 horas. Ambas fueron presididas por el Párroco, Padre Capuchino Pastor Salvo Beas.

A continuación, los dejamos con la homilía del Padre Pastor para las Eucaristías:

Joel 2,12-18: llamado a la conversión, es decir, volverse al Señor. La mejor señal de conversión: desgarrar el corazón. Motivo: el Señor es bondadoso y compasivo, lento a la ira y rico en amor.

2Corintios 5, 20-6,2: exhortación a reconciliarse con Dios. Jesús es el instrumento de reconciliación.

Mateo 6,1-6.16-18: la práctica de la justicia no es objeto de exhibición. Hay tres prácticas religiosas: la limosna, la oración y el ayuno.

1.- Hoy comenzamos un tiempo especial, un tiempo oportuno de conversión. Porque la vida cristiana es tiempo de conversión permanente, de vuelta al Señor. El Papa Francisco en su mensaje para esta cuaresma 2018 desea ayudarnos a vivir con gozo y verdad este tiempo de gracia. Citando a Mateo 4,12 que dice: “Al crecer la maldad, se enfriará el amor en la mayoría”. “Crecer la maldad”. En verdad vivimos tiempos de mucha maldad, de acontecimientos dolorosos que hace enfriar el amor, apagar la caridad en los corazones.

2.- Dos acontecimientos dolorosos:

a) Los falsos profetas, agoreros que engañan a la gente con falsas promesas, que confunden placer con felicidad: ilusión del dinero, esclavos del lucro. Falsos profetas, “charlatanes de feria”, que ofrecen recetas fáciles y engañosas, como ser, la droga, el usar y tirar, que hacen creer que lo malo es bueno, que lo legal es justo, que lo falso es verdadero.

b) El enfriamiento del amor. ¿Cómo?

– Se suplanta a Dios por la avidez del dinero, lo que produce un desinterés por Dios y lo de Dios.

– Atropellando la creación: se ha envenenado la tierra, no se usa, sino se abusa de la creación, de la naturaleza.

– La Acedia, es decir, esa pereza espiritual, pesimismo estéril que lleva al aislamiento. Sólo se busca lo que a uno le agrada.

3.- Frente a estos acontecimientos dolorosos que producen este “enfriamiento espiritual global”, ¿qué hacer? La Iglesia, iluminada por la Palabra, nos propone en este tiempo de cuaresma tres remedios:

La oración: poner a Dios en el centro, Él es lo primero. De esta manera podemos darnos cuenta de todo lo que nos engaña. Es necesario dedicar tiempo a la oración a la manera de Jesús.

La limosna: que es el desprendimiento que libera de la avidez de tener y abusar. Nos ayuda a descubrir que lo que tenemos también es del otro, que es mi hermano. La limosna debe ser un estilo de vida, un saber compartir en comunión. La limosna es un sacramento de la Providencia de Dios, que se cuida de sus hijos.

El ayuno: experimentar en carne propia lo que muchos sienten porque carecen de lo necesario. El ayuno nos hace estar más atentos a Dios y al prójimo.

4.- Si la caridad se ha apagado en muchos corazones, en el corazón de Dios no se ha apagado. Este es el tiempo oportuno para empezar de nuevo, recrear el amor, avivar la llama de la caridad. Hinquémosle el diente a ciertos ejercicios que nos pueden ayudar a vivir esta cuaresma. Démosle sentido a la caja de cuaresma, a la oración personal y comunitaria, acercarnos al sacramento de la reconciliación.

Hoy el Señor nos llama. Comencemos, hermanos.

Hermano Pastor Salvo Beas.

Fuente: Pastoral de Comunicaciones Parroquia San Miguel 

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