En la Reunión mensual de sacerdotes y diáconos permanentes se presentó al nuevo Consejo Diocesano para la Prevención y Acompañamiento de Víctimas que estará compuesto por siete personas siendo su Presidente don Walter Sánchez González, Profesor de Filosofía y Doctor en Ciencia Política,
El Consejo está compuesto por las siguientes personas: Walter Sánchez González, Presidente y Profesor de Filosofía y Doctor en Ciencia Política; Plácido Fuentes Ruiz, Profesor, Secretario Ejecutivo; Hna. Mariana Peña Mendoza, Psicóloga de la Congregación Hna. de la Providencia; Priscila Gallardo Escudero, Trabajadora Social; Alicia Sanhueza Estay, Profesora de Religión; Juan Pablo Faúndez Allier, Abogado; R.P. Cristián Eichin Molina, ofm. Sacerdote de la Orden Franciscana; Pbro. Jorge Romero Salinas, colaborador
El Vicario General del Obispado de Valparaíso, Mons. Leopoldo Núñez H., leyó el Decreto de constitución del Consejo el que luego fue firmado por Mons. Pedro Ossandón, Administrador Apostólico de la Diócesis de Valparaíso quien agradeció a cada uno de sus miembros por su bondad y por su entrega generosa. “Gracias por hacer este servicio que busca reconstituir nuestras relaciones de fraternidad, de confianza”.
Walter Sánchez, presidente de este Consejo al dirigirse a los sacerdotes y diáconos les señaló que “Nuestro papel es servir a las víctimas, sin olvidar el victimario y así nos presentamos a ustedes para que juntos nos ayuden a prevenir el abuso, de poder, de conciencia, sexual, la mentira y la discriminación y exclusión en nuestra Iglesia. Entre todos crear ambientes sanos y seguros en nuestra Iglesia”.
“Este Consejo se pone al servicio del Obispado de Valparaíso quien ha decidido crear una unidad para colaborar en la puesta en marcha de las “Líneas Guías” de la Conferencia Episcopal de Chile para enfrentar los casos de abusos sexuales contra menores. Estas Líneas Guías fueron una respuesta a la solicitud de la Congregación de la Doctrina de la Fe de la Santa Sede para enfrentar con claridad y decisión situaciones por todos conocidas y que nos llenan de vergüenza y arrepentimiento: “Una herida abierta, dolorosa, compleja que desde hace mucho tiempo no deja de sangrar” (SP. Francisco,8.04,18)
“Ese es el grito desgarrado y perseverante de esas víctimas que ahora debemos escuchar, acompañar y cuyo clamor llegó al Cielo. Ese mismo clamor se tomó el ambiente de nuestra diócesis en la reciente Asamblea realizada en Valparaíso. Fue en la clausura de ese mega evento eclesial cuando Mons. Ossandón anunció la creación del Consejo”.
“Para prevenir estos abusos es urgente pensar y dar prioridad a las víctimas, y “desde su propia mirada” designar encargados responsables y lugares conocidos de acogida y de escucha, definir horarios para las denuncias, proporcionar correos electrónicos, capacitar a los encargados regionales, zonales y locales para recibir las denuncias, el acompañamiento, apoyo sicológico y reparación cuando corresponda y estrecha vinculación con las autoridades del Estado”.
“Por estos motivos en lo inmediato, debemos incentivar la difusión y capacitación a todos los agentes pastorales y asesorar los temas comunicaciones en los distintos niveles y de acuerdo a las diferentes audiencias: parroquias, colegios, movimientos, universidades etc.. En todo nuestro quehacer es necesario la sintonía fina y la coordinación estrecha entre los diversos actores y agentes de nuestra diócesis. También es importante la vinculación con el Consejo Nacional para la prevención de abusos a menores de edad. En cada una de estas actividades la co-responsabilidad de laicos con los presbíteros y religiosos es esencial. Lo básico es realizar un registro que acredite a los agentes que han cumplido y los que deben prepararse con los cursos de capacitación sobre los protocolos de la justicia chilena y el derecho canónico”.
“El Consejo reúne a hombres y mujeres, consagrados y laicos, cada una con reconocida experiencia y especialización en las múltiples disciplinas que se necesitan para atender a las víctimas, entregarles un domicilio conocido de acogida y escucha, con expertos que responden a las diversas heridas y buscan prevenir y crear ambientes, sanos, seguros y transparentes en nuestros espacios eclesiales. No hay experto que pueda resolver estas heridas sin la ayuda de la oración y del Evangelio. Esperamos y necesitamos su comprensión y oraciones para poder recuperar nuestra alegría rota por un sentimiento de desolación y volver a “dar razón de nuestra esperanza.”
“En nombre de cada uno los miembros del Consejo, laicos –laicas y consagrados, gracias por habernos invitado a llevar adelante una misión que sólo con la ayuda del Señor y la Virgen podremos cumplir. Como nos indicó el Maestro en Evangelio el día de ayer: “de la misma manera que el Hijo del Hombre no ha venido a ser servido sino a servir” esa es la razón de ser de este Consejo: servir con humildad a nuestra amada Iglesia de Valparaíso”.
Al término de este encuentro con sacerdotes y diáconos permanentes, el Consejo Diocesano para la “Prevención y acompañamiento de víctimas” sesionó por primera vez.
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