Jorge García Muñoz nuevo diácono en camino al sacerdocio

En un ambiente de profunda confianza en Dios y con la presencia de fieles de las distintas comunidades donde Jorge ha prestado servicio y especialmente de La Calera, donde ha estado el último tiempo, la diócesis de Valparaíso celebró con alegría al nuevo diácono.

En la celebración en la que fue ordenado diácono, don Pedro Ossandón, Administrador Apostólico de Valparaíso, le recordó a Jorge que él “ha sido llamado desde toda la eternidad, desde el designio amoroso de Dios. Por lo tanto, tú puedes confiar en Dios porque Él te ha pensado, te ha creado, original, único. Desde toda la eternidad Dios tenía pensado este hoy, sábado 22 de junio de 2019 en la diócesis de Valparaíso. Que eso te llene el corazón de confianza”, señaló.

Manifestó en su homilía la alegría de todos quienes acompañan a Jorge en la celebración, “porque el Señor te ha llamado y has dicho que sí”.

En sus palabras a Jorge y a la asamblea, don Pedro, lo llamó a servir con sencillez y humildad, “Recibirás la unción del espíritu del Señor que te hace miembro del santo pueblo de Dios al que servirás con sencillez, con humildad, incluso dejarte querer y educar. ¿Cuándo crece un ministro de Dios?, cuando se deja educar sinceramente por los laicos, por las religiosas, por sus hermanos en gracia y sabiduría”.

En la celebración el obispo Ossandón impuso sus manos sobre Jorge, quien fue finalmente consagrado. Posteriormente, fue presentado a la comunidad como nuevo diácono en camino al sacerdocio.

Palabras de Jorge García

Al finalizar la eucaristía el diácono Jorge García se dirigió a la asamblea y agradeció a su familia que lo han “acompañado incondicionalmente desde el inicio de este camino, cuando me fueron a dejar a la puerta del Seminario en el curso de postulantes, cuando me esperaban en la casa, o a mis tías o mi abuela cuando las iba a ver los domingos, hasta el día de hoy”.

Agradeció a Dios que “llama a los que el mundo considera por más pequeños, da este tesoro de la vocación en vasijas de barro. Gracias Señor por el don de la vocación”.

Hubo palabras para sus formadores, su asesor espiritual, para el padre José Antonio Atucha y especialmente para los fieles de las distintas parroquias en la que ha servido pastoralmente, finalizó pidiendo a todos “recen por mí y por el ministerio que he recibido, para ejercerlo según el modo de Jesús, buen pastor”.

Al finalizar la comunidad se acercó a saludar al nuevo diácono con profundas muestras de alegría.

 

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