“Son una instancia preciosa que ha brindado la Iglesia en Villa Alemana para un compartir fraterno entre niños y niñas sin discriminación, de diferentes edades, nacionalidades, condiciones sociales, capacidades, etc. Todos juntos con el fin de entretenerse sanamente”, nos comparte su testimonio una coordinadora de los Talleres.
Para esto nos hemos reunido un grupo importante de jóvenes desde principio de enero, preparando 3 o 4 veces por semana, los talleres, materiales, haciendo carteles, distintivos y una amplia difusión, por supuesto que también a orar juntos por esta misión juvenil.
Los monitores, somos jóvenes de 15 a 30 años, que donan su tiempo, energía y alegría que Dios les da, para ponerlas al servicio de los pequeños de nuestra sociedad.
Los objetivos planteados en conjunto con nuestro sacerdote, el Padre Roberto, eran:
1. Crear un espacio de encuentro de niñas, niños y adolescentes para que disfruten alegremente de sus vacaciones en un ambiente sano y de iglesia.
2. Que lo jóvenes encuentren alegría en el servicio en la Iglesia por medio de los talleres a niñas, niños y adolescentes, entendiendo que es Cristo quien nos llama y envía.
La lectura que nos ha inspirado ha sido Marcos 10, 13-16
“En aquel tiempo presentaron a Jesús unos niños para que los tocara; pero los discípulos les reñían. Pero Jesús, al ver esto, se enfadó y les dijo: «Dejad que los niños vengan a mí, no se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el Reino de Dios. Yo os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como niño, no entrará en él» Y abrazaba a los niños, y los bendecía poniendo las manos sobre ellos”.
Hemos hecho difusión, en la Parroquia San Felipe Neri, pasamos el aviso en todas las parroquias y capillas de la cuidad, avisamos a catequesis familiar de todo Villa Alemana, salimos a repartir flayers al centro de Villa Alemana, aprovechamos las redes sociales, pegamos carteles e hicimos difusión en las poblaciones más vulnerables de nuestro sector. Y vemos que realmente ha dado frutos.
Nos juntamos de lunes a viernes de 10:00 a 12:30 horas en la parroquia, usamos casi todos los salones., la cocina y el patio. Y se consiguió ayuda de trasporte municipal para trasladar a los niños que viven más alejados.
Comenzamos el lunes 20 de enero, y terminamos en dos semanas este próximo viernes 31 enero.
El primer día para nuestra sorpresa y alegría, llegaron 84 niños, el segundo eran 107, y así hemos llegado a inscribir más de 140 niños y niñas, que participan de los diferentes talleres: Música, Baile, Cocina, Manualidades, Deporte y Juego Inclusivo.
Manifestar la alegría que han demostrado los niños, con qué entusiasmo llegan temprano y se van incorporando a sus talleres, en la amistad que han desarrollado con otros niños, es una felicidad también para las familias.
Gracias a la cooperación dada por todos los feligreses que asisten a las misas, les damos una colación de galleta y jugo diarias, además de tener todos los materiales necesarios para los talleres, ya que son absolutamente gratuitos.
En relación a los jóvenes debo decir que partió el padre, con unos pocos jóvenes armando esto, luego ya éramos 20 jóvenes, luego más se han ido uniendo a este hermoso servicio, ya somos más de 40 jóvenes, entre adolescentes y jóvenes profesionales, brindando servicio solidario y desinteresado. Dios Provee!!
Cuando oramos les digo, como coordinadora y una de las más viejita del grupo ¡Esta es la Iglesia!, ¡Esta es la Iglesia de Cristo! humilde, pobre, pero muy abundante, entretenida, comunitaria, solidaria, y que ¡no se cierra a nadie!, porque Dios nos ama a todos, y a todos nos ha llamado y nos necesita para hacer soplar su espíritu santo en toda la humanidad, como lo ha hecho en estos hermosos Talleres de Verano.
Agradecemos el testimonio de Jenny Viera, y el trabajo de todos los jóvenes que han participado, a quienes cooperaron compartieron sus bienes y a la Ilustre Municipalidad de Villa Alemana que dispusieron el bus de acercamiento.
También agradecemos a las familias que han confiados a sus hijos a nuestros monitores y a nuestra parroquia. En este caminar hemos querido siempre generar ambientes sanos y seguros. Estos talleres han sido un gran signo para los tiempos difíciles que vive nuestra iglesia.
Padre Roberto Pinto, párroco de nuestra parroquia nos dice: “Los niños y jóvenes encuentran este espacio de alegría, algo tan propio del carisma de San Felipe Neri y queremos seguir cultivando bajo el influjo del Espíritu Santo.”
Fuente: Marcela Amaro Comunicadora Parroquial San Felipe Neri y Convento Corazón Eucarístico de Jesús
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