La procesión de entrada con las Letanías de los Santos se desplazó entre numerosos familiares, parientes, religiosas y fieles en general, tras lo cual Monseñor Alberto Ortega Martín, Nuncio Apostólico en Chile encendió el cirio pascual junto a la urna; Mons. Jorge Patricio Vega Velasco, Obispo de Valparaíso, depositó sobre ella la mitra y a un costado Mons. Guillermo Vera Soto, Obispo de Rancagua, el báculo del pastor fallecido, mientras se hacía una oración por su eterno descanso.
Al comenzar la misa, y en nombre del Comité Permanente y demás miembros de la Conferencia Episcopal de Chile, el Obispo de San Bernardo, Monseñor Juan Ignacio González, leyó una carta del presidente del episcopado, cardenal Celestino Aós (quien se encuentra en Roma, por compromisos pastorales en la Santa Sede), que en parte señala: “Quisiera expresar nuestros sentimientos de condolencias, cercanía y oración tras conocer la noticia del fallecimiento de quien dejó huellas como pastor de las Iglesias de Rancagua y Valparaíso”. Resaltó que el cardenal Jorge Medina fue perito en el Concilio Vaticano II, Pro Gran Canciller de la Pontificia Universidad Católica de Chile y prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. “Quedará en la memoria de la Iglesia Universal su rol como cardenal protodiácono, labor en la que le correspondió anunciar el nombre del electo Papa Benedicto XVI en el año 2005”, recordó.
Cara a cara con Dios
La homilía, por voluntad del cardenal Medina, estuvo a cargo de Monseñor Felipe Bacarreza, Obispo de Los Ángeles, quien resaltó su larga vida llena de anécdotas y grandes servicios a la Iglesia. “Don Jorge ha sido durante muchos años, sobre todo en estos años de gran confusión y de fuertes remezones que ha sufrido la Iglesia, un referente de fidelidad para muchas personas”, expresó. Dijo que en el cardenal Medina se cumple lo señalado por san Pablo en la primera carta a los Tesalonicenses, proclamada en esta misa: creer que Jesucristo murió y resucitó y que a los que han muerto en Jesús Dios los llevará con Él. “Dos condiciones que cumplió don Jorge y de las cuales dio vivo testimonio”. Añadió que esta es la vida eterna, de la cual el fallecido cardenal quería que se predicara, “estar siempre con el Señor, sin velos, sino cara a cara”.
Al final de la misa de exequias, intervino el Obispo de Rancagua, monseñor Guillermo Vera, quien se refirió a la capacidad del cardenal Medina para “llegar con su palabra y enseñanza a todos y a los más sencillos (…) Los formaba en la fe y la alegría de ser cristianos católicos. Sin duda fue un gran modelo de pastor”. Por su parte, el Obispo de Valparaíso, monseñor Jorge Patricio Vega, dijo que cuando en la diócesis conocieron su lado más humano, “se hizo un hombre muy querido en la diócesis”. Luego, el rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Ignacio Sánchez, agradeció toda la entrega del cardenal Medina en esta casa de Estudios, donde fue profesor, decano de la Facultad de Teología y pro gran canciller.
Los sobrinos y sobrinos nietos, como los hermanos Ferrán Tapia, recordaron con emoción la cercanía, afecto y cariño para con los suyos de parte de don Jorge, quien bautizó y casó a varios de ellos. Le agradecieron “por haber sido un gran defensor de la familia”.
Tras el último responso, el nuncio leyó el mensaje enviado por el Papa Francisco, en el que expresa “su sentimiento de pesar a los familiares del difunto prelado y a los fieles de las Iglesias de Rancagua y Valparaíso, en las que sirvió como pastor”, y recordó a “este abnegado prelado, que durante años y con fidelidad entregó su vida al servicio de Dios y de la Iglesia Universal”. Luego, los restos del cardenal Jorge Media fueron sepultados en solemne rito fúnebre en la cripta de la Catedral Metropolitana, donde yacen los arzobispos de Santiago cardenales José María Caro, Raúl Silva, Francisco Fresno y Carlos Oviedo, además de otros dignatarios eclesiásticos, como el padre Damián Acuña, Deán de la catedral, y el nuncio Aldo Laghi.
Un hijo de Dios
El Vicario General de Santiago, monseñor Cristián Roncagliolo, también destacó la figura del cardenal Jorge Medina: “Fue un clérigo de la Arquidiócesis de Santiago, estudió en nuestro Seminario, fue pro gran canciller de la UC, formador del seminario pontificio, decano de la facultad de teología además de otros servicios. Él fue hijo de esta Iglesia de Santiago y damos gracias a Dios por su ministerio fecundo al servicio de toda la Iglesia”.
Abnegado sacerdote
Desde Roma, el Papa Francisco en un telegrama dirigido a Monseñor Alberto Ortega Martín, Nuncio Apostólico en Chile, expresó su pesar por la partida del cardenal Medina y entregó palabras de ánimo a sus familiares y a los fieles de las iglesias de Rancagua y Valparaíso en las que sirvió como pastor. “Este abnegado prelado que, durante años y con fidelidad, entregó su vida al servicio de Dios y de la Iglesia Universal también como Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos”, además ofreció “sufragios por el eterno descanso de su alma, para que el Señor Jesús le otorgue la corona de Gloria que no se marchita”.
Gentileza: Comunicaciones Santiago
Fotos: Nibaldo Pérez
Periodista: José Francisco Contreras
Link fuente: www.iglesiadesantiago.cl
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