“Ama, cuida y vive” es el llamado que se nos hace en el presente año para quienes nos acogemos bajo el carisma Marista. A San Marcelino le tocó vivir tiempos en los que Francia pasaba por una profunda crisis social y política.

El Santo lideró la que sería la respuesta de la Iglesia: un movimiento religioso centrado en el acceso a la educación, especialmente dedicado a la formación de niños y jóvenes.

La comunidad Marista de Villa Alemana se une a todas las comunidades del carisma en el mundo para dar gracias a Dios por la presencia de su fundador, San Marcelino Champagnat.

La obra marista está presente en 81 países de los cinco continentes. San Marcelino fue un hombre pleno de Dios y fiel a las mociones del Espíritu Santo supo hacer vida la consigna de “Dar a conocer a Jesucristo y hacerlo amar.”

La Eucaristía fue presidida por el P. Manuel Lizana, sacerdote que acompaña a la comunidad del Colegio Champagnat de Villa Alemana y animada por el coro de niños del Colegio.

En la presentación de las ofrendas, se puso a los pies del altar del Señor “Un Molino” rodeado de fotos de la comunidad estudiantil; también se entregó un certificado de un “Árbol geolocalizado” que a nombre de toda la comunidad será plantado en la zona central de Chile y, junto al pan y el vino, se presentó una “Imagen de dos estudiantes Maristas” como símbolo de “hacer conocer a Jesucristo y hacerlo amar”.

Este momento de acción de gracias fue de todos los colaboradores del Colegio Champagnat de Villa Alemana, y se vivió el martes 6 de junio en el aniversario pascual del Santo fundador.

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