Pastoral de Movilidad Humana celebró Eucaristía en la Catedral de Valparaíso por el Día Internacional del Migrante

En el marco del Día Internacional del Migrante que se conmemoró el lunes 18 de diciembre, la Pastoral de Movilidad Humana – INCAMI del Obispado de Valparaíso realizó una Eucaristía en la Catedral de la Ciudad Puerto. La ceremonia estuvo presidida por Monseñor Jorge Patricio Vega Velasco svd, Obispo de la Diócesis de Valparaíso, y lo acompañaron el P. Pedro Nahuelcura, Vicario Pastoral y Director del Departamento de Movilidad Humana del Obispado de Valparaíso, y el Diácono Leonardo Córdova, Delegado Episcopal para el Desarrollo humano Integral. La Misa contó con la asistencia de autoridades eclesiales, del Cuerpo Consular, del Obispado y de la Fraternidad Ecuménica y Diálogo Interreligioso. También, participaron representantes de Carabineros y de distintas organizaciones afines al trabajo de la Pastoral; colaboradores del Obispado y comunidades parroquiales.

Para la ocasión, se decoró el templo con imágenes de santos y beatos de distintos países, y el canto final fue en creole haitiano.

En su homilía, el Pastor de la Diócesis de Valparaíso reflexionó acerca del fenómeno de la migración: “Si vemos la historia de la humanidad, encontraremos que se han sufrido grandes crisis como hambrunas, guerras, acontecimientos y flagelos que obligaron a emigrar. Hoy, podríamos decir que el flagelo de los tiempos actuales es la migración”. Además, recordó su experiencia como misionero en Angola durante 14 años: “El ser misionero me hizo ser un migrante. Muy pocos emigran de su tierra por voluntad propia, por lo general ante situaciones extremas las personas se ven obligadas a migrar, lo que significa sacar sus raíces de su país, de su cultura, de su familia y trasplantarlas en otro lugar, es por ello que el migrar siempre implica dolor”.

Además, el Obispo llamó a trabajar por una cultura de la acogida: “Tenemos que reconocer que no hemos sabido acoger a tantos migrantes, no estábamos preparados para eso. Pero el hecho de no estar preparados nos debe impulsar a redoblar nuestros esfuerzos en crear una cultura y una conciencia de la acogida, que se preocupe en cómo podemos abrazar a esas personas que vienen llegando, debemos abrazarlas y acompañarlas en el dolor y en la incertidumbre. Debemos transformarnos culturalmente en un país de acogida y de envío”. Además, sostuvo: “Pensando que el mismo Jesús fue un inmigrante, fue migrante y fue exiliado. Pensando en Jesús los invito a trabajar para que no hayan otros Jesús, que no hayan migrantes que se sientan menospreciados por nosotros, que vean que nuestro segundo Himno sea que en Chile se quiere al amigo cuando es forastero”.

Finalmente, Monseñor Jorge Vega puso a disposición la Iglesia Católica que peregrina en Valparaíso para colaborar con todas las organizaciones que trabajan por la migración.

Los participantes valoraron la instancia de encuentro y oración por los migrantes. Tal fue el caso de Mohamed Tachón, representante de comunidades islámicas de la Región de Valparaíso, quien agradeció la iniciativa y pidió que se vuelva a realizar el próximo año. Otro de los asistentes, Divenson Elistin, quien es de Haití y vive en Viña del Mar, también valoró el encuentro.

Trabajo colaborativo con otras instituciones

En la ocasión, el P. Pedro Nahuelcura explicó la misión de la Pastoral de Movilidad Humana: “Nosotros trabajamos por acoger, acompañar, apoyar e integrar a las personas durante sus procesos migratorios, buscando ser puente con los servicios públicos para así ayudar a los migrantes en su regularización, en su inserción e integración en este país que los acoge”. Además, el sacerdote explicó que, si bien la Iglesia celebró el 1 de septiembre el Día del Migrante, en esta oportunidad quisieron estrechar vínculos con organizaciones e instituciones que trabajan en el tema migratorio.

Ruth Engels, Cónsul Honoraria de Bélgica y Decana del Cuerpo Consular de Valparaíso, también agradeció la Misa y explicó que el trabajo con personas migrantes es su pan de cada día. En este sentido, Ana María Chamy, Cónsul Honorario de Polonia, agregó que “los cónsules ayudamos a los migrantes en la acogida” y destacó el trabajo que se realiza en conjunto con la Iglesia: “La Iglesia siempre es una puerta de entrada para los migrantes, que acoge a las madres, a los que no tienen trabajo, al que no tiene comida y de ahí se va haciendo una conexión y una red de apoyo”.

Por su parte, el Hermano Henry Cadenas, de la comunidad del Sanatorio Marítimo San Juan de Dios, comentó la experiencia y trabajo que desarrolla su congregación: “En Ecuador, Quito, tenemos una casa de acogida para personas migrantes.  Trabajé allí en 2018 y 2019 recibiendo a la población venezolana. Fue una experiencia gratificante, donde uno escucha, comprende y acoge al otro. Por eso me tocó en lo personal la homilía de Monseñor Jorge Vega cuando habló de la acogida”.

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