Reflexión Evangelio

Domingo 14 de julio 2024, XV Domingo Ordinario

Mc 6, 7-13

Por: Pbro. Ramón Tapia, Diócesis de Valparaíso.

PREDICABAN EXHORTANDO A LA CONVERSIÓN

DOMINGO 15 B. San Marcos 6, 7-13.

Hoy la Iglesia, con los apóstoles nos exhorta a la conversión; lo hace porque yo, el primero, no estamos convertidos. Necesitamos crecer, purificar, sanar, limpiar nuestro corazón. Podemos ver dos aspectos de la conversión:

1.-La persona busca siempre la verdad de su ser dicen los obispos en Aparecida. Hoy que Jesús envía a los discípulos a exhortar a la conversión podemos ver que la conversión es llamar al ser humano a la verdad de su ser, a la identidad profunda de su persona. Cuando aún no nos convertimos estamos como fuera de sí mismo, fuera de nuestra persona verdadera, como  dice san Agustín: “y Tú estabas dentro de mí y yo afuera y así por fuera te buscaba; y deforme como era me lanzaba sobre estas cosas hermosas que tú creaste. Tú estabas conmigo, mas yo no estaba contigo” Hay una división interior que hace que el ser humano no descanse, no viva con serenidad. Por eso San Agustín continúa diciendo: nuestro corazón está inquieto mientras no descanse en Ti. Andamos buscando nuestra verdad, la realidad profunda de nuestro ser. Es ir buscando en oración, en meditación la “mejor versión de uno mismo que es un proyecto único e irrepetible que Dios ha querido” como dice el Papa Francisco.

Para encontrar la verdad de nuestro ser es bueno no compararse con otros ni tener una imagen ideal sino realista, verdadera. Es bueno despedirse de las imágenes ilusorias de nosotros y aceptarme con mis luces y sombras. Y también salir de mis lados falsos de mi persona, ser verdaderos, auténticos.

Y la verdad tuya y mía es que somos hechos a imagen y semejanza de Dios y por el bautismo somos hijos de Dios. Esa es nuestra identidad profunda que debemos siempre redescubrir, renovar y plenificar.

2.-Reconocer las culpas: después de reconocer mi verdad ante Dios convertirse es reconocer las culpas. Nos dice san Agustín: “yo reconozco mi culpa dice el salmista. Si yo la reconozco dígnate tú perdonarla. No tengamos en modo alguno la presunción de que vivimos rectamente y sin pecado. Lo que atestigua a favor de nuestra vida es el reconocimiento de nuestras culpas. Los hombres sin remedio son aquellos que dejan de atender a sus propios pecados para fijarse en los de los demás. No buscan lo que hay que corregir, sino en que pueden morder. Y al no poderse excusar a sí mismos, están siempre acusando a los demás”

Convertirse es reconocer con sinceridad y humildad nuestros propios pecados en la liturgia diciendo que yo he pecado mucho de pensamiento, palabra y omisión  y también reconociéndolo en el sacramento de la reconciliación con el espíritu del hijo prodigo: Padre he pecado contra el cielo y contra ti. Sólo así vamos convirtiéndonos ante el Señor y ante los demás.

Y así entrando en el camino de conversión podemos predicarla a otros.

Preguntémonos durante esta semana:   ¿Nos hemos dejado enviar por Jesús? ¿Buscamos la conversión?

Oremos en esta Novena de la Virgen del Carmen: VIRGEN DEL CARMEN, MADRE Y REINA DE CHILE, SALVA A TU PUEBLO QUE CLAMA A TI.

Por: P. Julio González. Carretti. OCD, Pastoral de Espiritualidad Carmelitana.

DÉCIMO QUINTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

(Año par. Ciclo B)

Lecturas bíblicas:

Abrimos nuestra Biblia y buscamos estas lecturas del próximo Domingo:

a.- Am. 7,12-15: Ve y profetiza a mi pueblo.

b.- Ef. 1,3-14. Nos eligió en él antes de crear el mundo.

c.- Mc. 6,7-13: Los fue enviando de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus impuros.

Esquema

1.- Invocación al Espíritu Santo para que sea ÉL quien ore en nosotros.

V.-Ven Espíritu Santo llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía Señor tu Espíritu. R.- Y todas cosas serán creadas. Oremos. Oh Dios que has iluminado los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo haznos dóciles a tus inspiraciones para que gustemos el bien y gocemos siempre de su consuelo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

2.- Acto Penitencial: Pedimos perdón al Señor Jesús para que su Palabra nos purifique y podamos orar con un corazón limpio esta semana (Jn.15,3). R.- Señor ten piedad….

– Señor Jesús, que viniste a rescatarnos del pecado.  R.- Kýrie, eléison.

– Cristo Jesús, que venciste al poder del mal.  R.- Christe, eléisón.

– Señor Jesús, que nos unges con tu Espíritu.  R.- Kýrie, eléison.

3.- Oración colecta: ¡Oh, Dios!, que muestras la luz de tu verdad a los que andan extraviados, para que puedan volver al buen camino; concede a todos los cristianos rechazar lo que es indigno de este nombre y cumplir cuanto en él se significa. Por nuestro Señor.

4.- Lectio divina: Una vez que tenemos nuestras tres lecturas las leeremos y escrutaremos, es decir, indagar escudriñar con atención y minuciosidad cuál es la idea central de cada una de ellas y la anotamos en nuestro cuaderno.  La Lectio la haremos sólo del Evangelio.

a.- ¿Qué dice el texto? Leemos el Evangelio del próximo Domingo.

– “Comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus inmundos” (Mc. 6,7).

En este evangelio encontramos el primer envío de los apóstoles por parte de Jesús, en Galilea, quiere extender su mensaje por medio de ellos. Los enviados son los Doce que había elegido y los manda de dos en dos, dándole un sentido comunitario a la misión, para que el testimonio de cada apóstol sea testigo el uno del otro (cfr. Mc. 3, 13-16). En caso de ser rechazados, serán testigos en el Juicio de Dios contra quienes se negaron abrir su corazón a su mensaje (v.11). Su mensaje no será otro, que la invitación a la conversión, y la inminente llegada del Reino de Dios, con curaciones y otros signos que avalan su predicación, como la expulsión de demonios y la unción a los enfermos (vv. 12-13). Luego de haber compartido con Jesús, asumen ahora sus mismas tareas y potestad. Si van a predicar es porque Jesús los envía, no van a comentar opiniones propias, sino los que se les ha mandado. Al envío, sigue el mensaje sobre la conversión al Reino de Dios, pero para ellos les había dado autoridad. Los Doce, representan a Israel, por voluntad de Jesús, convocarán al pueblo de Dios a la conversión y anunciarles la salvación escatológica, y su expresión será la expulsión de demonios, curaciones de los enfermos, ungirles con aceite para sanarles (vv.12-13). Para Marcos este envío a la misión constituye un modelo de trabajo apostólico, confiado a la Iglesia, acontecimiento salvador, prolongación del ministerio de Jesús, de cara a la decisión de los hombres. Se trata de que el evangelio logre la transformación del hombre y, por lo tanto, de la sociedad, para vencer todo lo que amenaza al hombre desde afuera, y no le permite ser plenamente humano y feliz.

– “Les ordenó que nada tomasen para el camino, fuera de un bastón… sino: «Calzados con sandalias y no vistáis dos túnicas.» (Mc. 6, 8-9ss).

Jesús, les permite sólo bastón y sandalias, en sus viajes instrumentos para defenderse de los bandidos, y el otro contra el suelo pedregoso de Israel (cfr. Lc. 9,3; 10,4). A Jesús le interesa el espíritu de simplicidad y de sobriedad. La pobreza, acompañará a los enviados para que sea el mensaje y la obra para realizar, predicar la conversión y expulsar demonios, sanar enfermos sea su única riqueza. Las instrucciones que da Jesús son para que el talante del apóstol concuerde con el mensaje a anunciar. El bastón y las sandalias indican que Cristo los quiere auténticos misioneros, sin nada más, confiados a las gentes que los acojan. El evangelista, quiere hacer resaltar la absoluta confianza en la Providencia del Padre y la pobreza de la misión, que redunda en que las gentes vean la carencia de un interés particular, y que en su mensaje sientan la cercanía de Dios. La renuncia debe confirmar la predicación: la salvación llega a los pobres y a los enfermos, lo que exige de los hombres la fe y la conversión de parte de ellos. Quien no acoge a los misioneros de Dios, se cierra a sí mismo la vía de la salvación, padecerá el Juicio de Dios y será condenado por el testimonio de sus testigos. El gesto de sacudirse hasta el polvo de los pies viene a significar, que no quieren tener nada en común, con ese lugar donde han sido rechazados. Así y todo, los discípulos son enviados por Jesús, revestidos de su misma dignidad y fortaleza del Espíritu Santo. Las comunidades deberán proveer las necesidades vitales de los predicadores (cfr. Mt.10,10; Lc.10,7; 1 Cor.9,14). 

– “Y, yéndose de allí, predicaron que se convirtieran; expulsaban a muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.” (vv. 12-13).

Cuando Jesús predicó estas palabras era el tiempo establecido por Dios para ÉL. Los apóstoles exigían la conversión, el primer paso para ingresar en el Reino de Dios (v.1); la palabra, como en Jesús va ligada a los signos con los que irrumpe el Reino de Dios en la vida de los hombres (cfr. Mc.1, 27. 39; 6,2), como la expulsión de demonios y la curación de enfermos por medio de la Unción, clara señal externa, como la imposición de manos de Jesús (cfr. Mc. 6, 5). Podemos preguntarnos: ¿Los discípulos obtuvieron éxito en esta misión? Una primera impresión daría un balance positivo, pero Marcos, no nos dice nada sobre el resultado de la misión. La Iglesia hoy continúa la misión de llamar a la conversión al hombre, prevenirlo de todo aquello que lo aleja de Dios, son muchos los malos espíritus que amenazan la vida del ser humano hoy, Jesús quiere liberarnos de todos ellos, se necesita fe y conversión al Evangelio que nos anuncia la comunidad eclesial, cuando nos reunimos en la asamblea eucarística dominical. Siempre contaremos con la eficacia de la Palabra y la fuerza del Espíritu de Dios para predicar en espíritu de obediencia y lealtad a Cristo y su Iglesia. 

b.- Meditación. ¿Qué me dice?  ¿Qué palabra o hecho de este evangelio me habla al corazón? Escoge tu texto o versículo, escríbelo, y da razón de tu elección al grupo. Te escuchamos.

– “Y llama a los Doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándole poder sobre lo espíritu inmundos” (v.7).  Jesús me envía a predicar con la riqueza de su Palabra y de su Espíritu, lo que garantiza la fidelidad del misionero a comunicar la palabra de Dios.

– “Cuando entréis en una casa” (v.10). Un lenguaje sencillo de fe llega a las personas, una vida sobria, es testimonio apreciable a la hora de presentarse a comunicar el mensaje de salvación.

– Otros testimonios…

c.- Oración. ¿Qué le digo al Señor Jesús a propósito de este texto? Escoge un versículo o una palabra, escríbelo, con lo que inicias tu oración personal y grupal.

“Predicaron que se convirtieran” (v.12). Señor Jesús, que antes de predicar a mis hermanos, tu palabra me convierta, para sí comunicar tu experiencia en mí vida. Te lo pido Señor.

“Ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban” (v.12). Señor Jesús que cada vez que comunicas tu sanación a los enfermos, por medio de la Unción, sea testimonio de tu Reino sanador entre nosotros. Te lo pido Señor.

– Otras oraciones…

d.- Contemplación y acción. ¿A qué me compromete este evangelio?

Compromiso. Me comprometo a evangelizar en mi entorno familiar y eclesial.

5.- Lectura mística Doctora de la Iglesia S. Teresa de Jesús. Ella es testigo de la presencia de Jesús mientras una monja de Toledo recibe la Unción de los enfermos. “Acaeció, estando yo aquí, darle el mal de la muerte a una hermana. Recibidos los sacramentos y después de dada la Extremaunción, era tanta su alegría y contento, que así se le podía hablar en cómo nos encomendase en el cielo a Dios, como si fuera a otra tierra. Así como entré, vi a Su Majestad a su cabecera. Tenía algo abiertos los brazos, como si amparase, y me dijo: que tuviese por cierto que a todas las monjas que muriesen en estos monasterios, que Él las ampararía así, y que no tuviesen miedo de tentaciones a la hora de la muerte. Yo quedé harto consolada y recogida. Desde a un poquito, llegué a hablarle, y me dijo: «¡Oh, Madre, ¡qué grandes cosas tengo de ver!». Así murió, como un ángel” (Libro de las Fundaciones 16,4).

6.- Alabanza y Adoración. Te alabamos Señor.

– Te alabamos Padre por la Palabra, que nos comunicó tu Hijo, única Palabra que pronunciaste en un eterno silencio para nosotros. Te alabamos Señor.

– Te alabamos Padre, por la salud que nos regalas y que la Unción de los Enfermos que nos vigoriza. Te alabamos Señor.

– Te alabamos Hijo, por hacernos partícipes de tu misión. Te alabamos Señor.

– Te alabamos Espíritu Santo, darnos el valor de evangelizar, te alabamos Señor.

– Otras alabanzas…

7.- Preces: Invoquemos a Dios nuestro Padre para que renueve nuestro trabajo misionero. A cada petición decimos: R.- Cree lo que cree la Iglesia[1].

– Te pedimos Padre, por la Iglesia universal, el Papa y los Obispos primeros responsables de la evangelización. R.-

– Te pedimos Padre, por las comunidades parroquiales, para que sigan anunciando el Evangelio y cuente con nuevos misioneros. R.-

– Te pedimos Padre, por nuestros enfermos del alma, cuerpo y mente, para que la Unción del Espíritu los sane completamente. R.-

– Te pedimos Padre, por todos los bautizados alejados de la Iglesia, para que la palabra de Dios llegue a ellos por boca de los agentes pastorales. R.-

– Otras preces…

8.- Padre Nuestro…

9.- Abrazo de la paz…

10.- Bendición final.

En el rezo individual o en una celebración comunitaria presidida por un ministro no ordenado, se dice: V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R. Amén.

Enseña S. Juan de la Cruz: “Buscad leyendo y hallaréis meditando; llamad orando y abriros contemplando” (Dichos 157).

Página Web de la Parroquia Virgen del Carmen: www.carmelitasviña.cl


[1] S. Teresa de Jesús. Vida 30,12.

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