Diácono Leonardo Córdova es el nuevo director para la Comisión Nacional del Diaconado Permanente

La Comisión Pastoral de Obispos (COP), en su sesión del mes de julio, ha nombrado al Diácono Leonardo Córdova Castillo, como nuevo director para la Comisión Nacional del Diaconado Permanente, por los próximos tres años. Leonardo, es diácono de la Diócesis de Valparaíso, donde es el Delegado Episcopal para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, Director de Caritas Valparaíso y colabora en la parroquia Jesucristo Misionero de Reñaca alto. Está casado con Paula Osorio, tienen 32 años de matrimonio y tres hijos Elisa, Gabriel y Fernando.

La COP ha encomendado, para los próximos años, a la Comisión del Diaconado fortalecer el acompañamiento a los equipos diocesanos, para escuchar sus inquietudes, desafíos, necesidades y ofrecerles pistas para el desarrollo de su misión y objetivos; otra tarea tiene relación con entregar un marco orientador para los procesos de discernimiento de los candidatos al diaconado, la formación inicial y continua.

Construir juntos una Iglesia samaritana
Consultado por otros desafíos que vislumbra en su nuevo servicio, Leonardo señala que “En el contexto del proceso sinodal que llevamos adelante como Iglesia universal, uno de los desafíos que se ha recogido en todos los continentes es: construir juntos una Iglesia samaritana, al servicio de la vida en plenitud”. Para ello, expresa que una Iglesia samaritana requiere diáconos dispuestos a asumir al menos tres desafíos importantes:

Ser diáconos que transmiten con su vida, la alegría de servir: En este aspecto, Córdova valora el testimonio diaconal de hombres casados, trabajadores, padres, o abuelos, enamorados de sus esposas, amantes de sus familias e insertos en comunidades “que vivimos y compartimos los problemas y preocupaciones de cualquiera de nuestros vecinos”. Destaca además la importancia de “vivir con alegría desde nuestro estado de vida primero. Hacer cada día que nuestro Ministerio brille desde esa realidad”, destacando el desafío de “ser y parecer diáconos” desde el servicio alegre, compartiendo la Palabra a tiempo y destiempo, no solo desde el ambón.”

Diáconos centrados en el servicio de la caridad: El diácono señala el “clamor permanente escuchado en distintos espacios, desde el pueblo de Dios”, debe llevar a replantear y renovar el servicio “entre quienes más nos necesitan y que son también los que deben tener el protagonismo en la iglesia; los pobres”. En esta línea enfatiza que “cada día más las nuevas realidades de vulnerabilidades, pobrezas humanas, y ambientales, hacen que sea en el servicio de la caridad en donde más “operarios” se requiere y más necesaria sea nuestra presencia, tanto o más que en la liturgia”, añadiendo que construir una Iglesia en salida, desde el servicio de la caridad es acoger la invitación: “Ensancha el espacio de tu tienda” (Isaías 54,2) para que nadie quede o se sienta excluido.

Diáconos que construyen con otros: Finalmente, Leonardo Córdova recuerda que así como el samaritano busca asociar al posadero en el cuidado del herido, para servir desde y con los pobres, se debe buscar aliados, llamando a “ampliar la mirada y superar la autorreferencialidad” trabajando en colaboración con nuestros obispos, presbíteros, pero también con otros actores, comunitarios, sociales, iglesias, e instituciones; promoviendo el encuentro “en el servicio de las diversas expresiones de la sociedad” . En definitiva: “Una Iglesia sinodal que crece en comunión y participación para la misión en el mundo, necesita de diáconos que estén dispuestos a caminar juntos con el Pueblo de Dios, no para que la Iglesia llegue primero, sino para llegar juntos con toda la humanidad”.

Fuente: Comisión Nacional del Diaconado Permanente CECh

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