Sacerdotes de la Diócesis de Valparaíso se reunieron en Jornada Anual de Presbíteros

La iniciativa organizada por la Delegación Episcopal para los Presbíteros se realizó desde el martes 23 al jueves 25 de octubre en la Casa de Espiritualidad Purísima de Lo Vásquez y tuvo por objetivo reflexionar sobre la fraternidad y la dimensión humana de los sacerdotes.

Este martes 23 de octubre, sacerdotes diocesanos y religiosos que desarrollan su ministerio en la Diócesis de Valparaíso, se reunieron en la Casa de Espiritualidad Purísima de Lo Vásquez para ser parte de la Jornada Anual organizada por la Delegación Episcopal para los Presbíteros. Como en otras ocasiones, esta iniciativa buscó forjar un espacio de reflexión sobre el ministerio sacerdotal y potenciar el encuentro fraterno, que año a año, reúne a sacerdotes de las diversas comunidades de la Diócesis.

En esta oportunidad, el tópico central de la Jornada fue “Cuidando del Ministerio: La belleza de la dimensión humana”. Temática que expuso el P. Francisco Ibañez, sicólogo y miembro de la Comisión Nacional del Clero, quién a través de diversos encuentros, buscó acompañar a los presbíteros asistentes y dialogar sobre algunos factores de riesgo que pueden afectar su humanidad y ministerio.

Hemos tenido unos días preciosos aquí junto a los sacerdotes de Valparaíso, donde hemos reflexionado sobre la belleza de la humanidad del sacerdote, reconocernos como hombres llamados pero hombres también frágiles y que desde la fragilidad queremos acompañar al Pueblo Santo de Dios que tiene las mismas necesidades que nosotros. Entonces esta jornada nos da la oportunidad de poder sentarnos, conversar, ver nuestras alegrías y nuestras esperanzas, pero también nuestros dolores. Ha sido un camino de renovación bien bonito también para mí, yo creo que es una oportunidad siempre para crecer en fraternidad de los sacerdotes para encontrarnos más, para apoyarnos más en tiempo donde somos menos, donde a veces la situación es difícil, entonces poder sentarnos como hermanos a compartir las diferentes dimensiones de la vida ha sido realmente un regalo para nosotros“, explicó el P. Francisco Ibáñez.

También el Delegado Episcopal para los Presbíteros, P. Winstor Hardy, se refirió a la importancia de la Jornada y la necesidad de brindar espacios de encuentro para dialogar los temas que afectan la vida personal y ministerial de los sacerdotes: “Hemos estado estos tres días viéndonos a nosotros mismos, viendo también nuestras fragilidades, viendo también nuestras posibilidades, sobre todo ha sido una jornada preventiva, para mirar esa fragilidad y también poder ir tratándola, sanándola y también ir proyectando algunas posibles soluciones”.

De esta manera, la Jornada motivó la reflexión personal y animó a los presbíteros a asumir responsablemente sus debilidades e iniciar un camino de acompañamiento. Por esa razón, el Delegado destacó el rol que cumplió el expositor, P. Francisco Ibañez, al momento de visibilizar algunos problemas que podrían estar afectando al presbiterio: “Yo convoqué al Padre Francisco para que nos acompañaran en esta jornada y para ver sobretodo estos temas tan importantes como el Burnout y el aburrimento. Que son sindromes que nos afectan a nivel transversal, no solo como presbiterio, sino que esto es algo natural en toda vida. Entonces, esta jornada tiene este sentido preventivo para cuidarnos y también descubrir si hay alguna situación por ahí, y poner las luces amarillas para enfrentarlo y también ir sanándonos“.

Con estos importantes temas, que afectan la salud mental y física de los ministros, finalizó la Jornada Anual de Presbíteros, que buscó ser un espacio de reflexión y prevención, para potenciar el autocuidado y las diversas estrategias que la Iglesia puede desarrollar para acompañar en la fragilidad a sus sacerdotes.

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