Jubileo 2025: Una oportunidad para mejorar nuestra participación en la Eucaristía

Jesús dice a los discípulos antes de vivir la Última Cena: “Vayan y preparen todo para que comamos la Cena de Pascua” Luc 22,8.

Es importante preparar nuestra participación en la Eucaristía en este tiempo de Jubileo. Viviendo la Misa consciente, activa y fructuosamente como dice el Concilio. Algunos puntos nos podrán ayudar para mejorar nuestra vivencia de la santa Misa.

Participar todos los domingos en Misa entera. Llegar antes de la hora.

1.- Saludar al Señor con la genuflexión (=doblar rodilla derecha)

2.- Orar en silencio y tranquilizarme para entregarle al Señor mis cansancios, agobios, problemas porque Él me aliviará: Mt 11,28. Entre los gestos rituales que pertenecen a toda la asamblea, el silencio ocupa un lugar de absoluta importancia (Papa Francisco).

3.- Tener presente que en la Misa el protagonismo es del Señor, y nosotros debemos disponernos a recibirlo, dejar que Él actúe en mí. Antes de nuestra respuesta a su invitación – mucho antes – está su deseo de nosotros: puede que ni siquiera seamos conscientes de ello, pero cada vez que vamos a Misa, el motivo principal es porque nos atrae el deseo que Él tiene de nosotros (Papa Francisco).

4.- Pedir perdón reconociendo sinceramente que he pecado mucho: 1 Jn 1,8-9.

5.- Participar cantando o escuchando los cantos sintiéndolos de verdad.

6.- Poner atención a las lecturas bíblicas preguntándome ¿qué me dice a mí?

7.- Escuchar la homilía con apertura al Señor que habla hoy. “La homilía puede ser realmente una intensa y feliz experiencia del Espíritu, un reconfortante encuentro con la Palabra, una fuente constante de renovación y de crecimiento”, Papa Francisco.

8.- Hacer los distintos gestos (ponerse de pie, persignarse, arrodillarse, sentarse) con naturalidad y sentido de fe.

9.- En la presentación de los dones de pan y vino entregarme a Dios y en la colecta no dar una limosna sino una ofrenda generosa (algo sagrado) al Señor.

10.- En las oraciones y cantos unir lo que digo con la voz con mi corazón.

11.- En la Plegaria eucarística de consagración pedir el Espíritu de fe ante el Misterio. “Fomenten el asombro ante el misterio de Dios, manifiesten la unidad de la fe y refuercen la devoción”, Papa Benedicto.

12.- Comulgar con Jesús con humildad, sinceridad y fervor. “Si lo han recibido dignamente, ustedes son eso mismo que han recibido”, San Agustín.

13.- Darnos la Paz del Señor de corazón con toda la persona, un buen abrazo y un beso fraterno. El rito de la Paz “se trata de un signo de gran valor” (Papa Benedicto).

14.- Terminada la eucaristía llevarnos en el corazón una palabra que me tocó de las lecturas, la homilía, de los cantos, de las oraciones para rumiarla (=rezarla, repetirla) toda la semana. “Una auténtica fe-que nunca es cómoda e individualista- siempre implica un deseo de cambiar el mundo” (Papa Francisco).

15.- No salir arrancando del templo sino compartir un momento fuera del templo.

16.- Recordar que la eucaristía es comunitaria. No vivirla sólo por mis intereses (mis problemas, mis enfermos, mis difuntos) sino por los intereses de todos. “Realizar todos juntos el mismo gesto, hablar todos a la vez, transmite a los individuos la fuerza de toda la asamblea”, Papa Francisco.

17.- Recordar que la eucaristía no se termina en el tiempo sino que está abierta a la eternidad. Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, Ven Señor Jesús. Por eso recordamos a la Virgen María y los santos y rezamos por la purificación de nuestros seres difuntos que están sufriendo en el purgatorio.

18.- Así como Jesús dijo que cuando dos o tres se reúnen en su Nombre, Él está en medio de nosotros; también cuando nos reunimos los cristianos está nuestra Buena Madre creando el ambiente de familia.

19.- Recordemos siempre que es la Iglesia, Cuerpo de Cristo, el sujeto celebrante, no sólo el sacerdote.

*Créditos imagen: www.vaticannews.va

Por: Pbro. Ramón Tapia, Diócesis de Valparaíso.

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