
En la oportunidad, el pastor diocesano expuso sobre la esperanza.
El martes 8 de abril, se llevó a cabo el encuentro de los equipos directivos de colegios católicos de la Diócesis de Valparaíso con el Obispo, Mons. Jorge Vega Velasco. La jornada fue organizada por la Delegación Episcopal de Educación en conjunto con la Dirección de Vinculación Social y Sostenibilidad de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, y se realizó en el Salón de Honor de la Casa Central del recinto educativo.
A la actividad, asistieron más de 105 personas de equipos directivos de colegios católicos, que representaron a 43 instituciones en total.
Durante el encuentro, Mons. Jorge Vega invitó a los equipos directivos a reflexionar acerca de la esperanza. “La escuela católica está llamada a ser una luz de esperanza. Educamos para cultivar la alegría. La educación es siempre un acto de esperanza. Así como la esperanza es peregrina, la educación no puede ser estática”, señaló. Y agregó. “Dios ama las preguntas, en cierto sentido, ama más las preguntas que las respuestas. Nuestras escuelas se debieran preguntar qué estamos buscando, qué lecturas del presente estamos haciendo”. Y destacó la importancia de cuidar a los jóvenes, que son la esperanza del futuro.
También, sostuvo que “todos sabemos que el Santo Padre nos ha convocado a un año de Jubileo cuyo tema es la esperanza. La esperanza es una virtud teologal no estática, es una virtud teologal que se va construyendo en el tiempo, que nos mueve al encuentro con el Señor, al encuentro con Dios. Cuando se pierde la esperanza se pierde la relación con Dios, ya uno no cree en Dios, se aleja de Dios, y estamos viviendo tiempos en que una gran parte de la humanidad se está alejando de Dios y al alejarse de Dios ha ido perdiendo la esperanza, o porque ha ido perdiendo la esperanza se ha alejado de Dios. Por este motivo el Santo Padre le puso como lema y tema a reflexionar a este Jubileo 2025, el Jubileo de la esperanza, para que meditando sobre la esperanza podamos reencontrarnos con Dios. Nosotros como cristianos y nuestras instituciones educacionales como lo son nuestros colegios, nuestros Centros de Formación Profesional, nuestras universidades, deben trabajar e imbuir mucho la esperanza en aquellos que se acercan a formarse con nosotros. No podemos dejar de lado el tema de la esperanza. Nosotros como colegios e instituciones educacionales debemos trabajar en nuestra juventud, en nuestros formandos, este don, esta virtud teologal de la esperanza, no la dejemos de lado”.
José Ignacio Latorre, Delegado Episcopal para la Educación, remarcó que “hoy Monseñor Jorge Vega nos ha invitado a que nuestros centros educativos sean casas de esperanza, una invitación que no es menor, que nos llama a cultivar en nuestros colegios la alegría, una forma de relacionarnos que sea distinta a otras en ese aspecto, en contextos en donde se vive la desesperanza, nosotros tenemos que ser factores de esperanza, de una alegría con sentido y que no sea algo efímero, que sea permanente, sólido. La esperanza no defrauda, es la alegría que el cristiano siempre debe tener y en ese sentido, las escuelas estamos llamadas a ser agentes de esperanza y ayudar a transformar nuestro quehacer en esperanza. Salir muchas veces de una rigidez que no nos ayuda a tener una perspectiva mucho más abierta y propositiva que sale al encuentro del otro, y eso no significa ni relativizar ni ser superficial, todo lo contrario, significa tener ambientes más sólidos en cuento a nuestra fe y poder cultivar la alegría en nuestras comunidades”.
Además, en el marco del Centenario de la Diócesis, José Ignacio Latorre adelantó que el martes 8 de septiembre, se va a inaugurar el nuevo colegio Purísima de Lo Vásquez, en Casablanca.
En relación al trabajo en conjunto con la PUCV, el delegado destacó que “en virtud de la alianza que tenemos con la PUCV podemos disponer de este agradable espacio y acceder a charlas sobre diferentes temáticas como educación, convivencia escolar, pastoral, entre otros. Nuestros colegios se abren para acoger a estudiantes en práctica en el ámbito pedagógico, lo que nos permite ir conociendo y brindando un apoyo a la Universidad, donde el aprendizaje es mutuo”.
Por su parte, Karina Toledo, directora de Vinculación Social y Sostenibilidad de la PUCV, destacó que la Universidad ha impulsado este encuentro para promover el intercambio entre los establecimientos católicos. “Somos parte de la Diócesis de Valparaíso y nos interesa estrechar esos lazos. Estamos estableciendo un cronograma de trabajo conjunto. Nos mueven los mismos intereses e identidad, tenemos actividades donde compartimos como el encuentro interescolar de ensayos para promover el Pacto Educativo Global entre los jóvenes de enseñanza media y muchas otras”, señaló.



Amplia convocatoria
Los equipos directivos agradecieron la propuesta y rescataron la importancia de propiciar estos encuentros, que, sin dudas, contribuyen en el caminar juntos como Iglesia de Valparaíso y fortalece los vínculos entre pares.
El P. Gustavo Valencia, representante legal del colegio Santa Filomena, de Quintero, manifestó que “la charla que nos dio hoy el Obispo ha sido llena de esperanza, los colegios tenemos que estar mirando hacia el futuro. Hay muchas dificultades en cada uno de los colegios especialmente por las leyes de Educación, sin embargo, no podemos quedarnos solamente en eso, sino que ver la reflexión de cada uno de nuestros alumnos, los colegios son justamente los que dan esa instancia para que los jóvenes puedan discernir”.
María Ester Arancibia, directora del Liceo San Isidro, de La Cruz, rescató que “me pareció esperanzadora tal cual la temática, lo que dijo el obispo tenemos que mantener la esperanza siempre con nuestros niños, con nuestro quehacer, con todo lo que nosotros tenemos que hacer día a día en el establecimiento. Me voy contenta, él siempre es tan acogedor, tan bueno en su discurso y en su forma de ser que nos da acogida, creo que el estar acá con todas las personas nos da un espacio para poder compartir una bonita convivencia, y poder compartir experiencias de otros colegios”.
Jessica Rosales, directora del Liceo José Cortés Brown de Cerro Castillo, precisó que “esta es una instancia muy valiosa para nosotros, pues nos enriquece para conocernos mejor. Como Fundación FODEC creemos que participar en la red de colegios católicos también nos cambia la mirada y fortalece la convivencia escolar, entregando nuevas perspectivas de trabajo”.
Juana Leonor Rosa González, orientadora del colegio San Agustín, expresó que “las palabras que dijo Monseñor por supuesto que me han llegado profundamente, si hay un tema en el que muy especialmente en los colegios trabajamos es el difundir y fomentar la esperanza. Creo que esa es una tarea que todo educador debe tener en forma prioritaria ya que nuestros jóvenes, nuestros niños, están justamente áridos de tener ese signo de esperanza, de creer que ellos pueden, que ellos también pueden llegar a realizarse y a la vez ser de alguna manera ser inspiradores para el resto de sus familias, por lo tanto agradezco que se haya tocado el concepto de lo que es esperanza, que es muy amplio, y que de hecho en nuestras vidas nos da la luz para poder seguir el camino”.
Por su parte, Mario Hidalgo, director del colegio Carmelitas Felipe Cortés, indicó que “esta jornada es muy importante sobre todo con lo que nos invita el obispo a poder vivir la esperanza desde los establecimientos educacionales, esa esperanza debe vivirse en comunidad, debe involucrarse a los apoderados, a los estudiantes, a los funcionarios, desde la fe y desde la motivación. Esperamos poder vivir este momento en la comunidad escolar”.
Catalina Orlantini, directora del colegio Juan Pablo II de Nogales, sostuvo que “yo creo que todos somos fuentes de esperanza y tenemos que ser fuente de esperanza en nuestros colegios para que todo resulte, tenemos que dar esperanza a nuestros alumnos, a nuestros apoderados, porque la esperanza viene de Jesucristo y nosotros tenemos que ir a una Vida Eterna y para eso tenemos que tener esperanza en ella, esperanza en Jesús, que Jesús está con nosotros y eso lo tenemos que transmitir a nuestros alumnos y alumnas, transmitirle a las familias en este tiempo que está tan difícil, que tengan esperanza en que el colegio es su segunda casa, para algunos es su primera casa, y nosotros tenemos que ser los protectores dentro del colegio, dar esperanza de vida, de alegría, de contención, de educación”.
En tanto que, Duilde Espinoza, directora del colegio San Nicolás de Hijuelas, añadió que “es valioso este encuentro. Nosotros venimos de una localidad del interior y se pueden compartir vivencias con otros establecimientos católicos de la zona. En Hijuelas somos el único colegio católico y esta actividad nos sirve para intercambiar experiencias y conocernos”, concluyó.












































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