
Queridos y Queridas Catequistas, desde la Comisión Diocesana de Catequesis les decimos: ¡¡¡¡Feliz día del Catequista!!!!
La Iglesia en Chile, este sábado 31 de mayo celebra el día del Catequista. Lo celebramos el día antes de la Ascensión, porque el día de la Ascensión el Señor resucitado vuelve al Padre con su cuerpo glorificado, anticipo de la humanidad resucitada y glorificada, además ese día el Señor envió a sus Apóstoles, y en ellos a todos los discípulos y misioneros, a anunciar el Reino de Dios a todas las naciones, a enseñar todo lo que Él nos ha mandado y a bautizar en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu, prometiendo estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo (Cfr. Mt 28,16-20). Éste anunciar y éste enseñar es lo que cada Catequista realiza en cada una de nuestras comunidades, cooperando en el Anuncio del Reino, con los Párrocos y con el Obispo quien es el primer Catequista de su Diócesis. Además, este día del Catequista es muy especial, porque estamos en el año del Jubileo, y para mayor gozo es el año del centenario de nuestra querida Diócesis de Valparaíso.
Una oración de accion de gracias brota de nuestro corazón al traer a nuestra memoria a tantos y tantas Catequistas que, a lo largo de estos cien años han anunciado el Reino de Dios con su palabra y su ejemplo ejerciendo una vocación tan hermosa dada por el Señor.
Cómo no agradecer al Señor por el Catequista que preparó a nuestros padres y padrinos para el día de nuestro Bautismo, por el Catequista que nos preparó para nuestra primera Confesión, y a nuestra Iniciación a la Vida Eucarística (Primera Comunión), al que nos preparó para la Confirmación, al que preparó para el Matrimonio a los que están casados, al que preparó a recibir la Unción de los enfermos, al que preparó a los Adultos a recibir sus Sacramentos, a los Catequistas que con una vocación particular preparan con tanto amor a las personas en situación de discapacidad. Cómo no agradecer al Señor por todos los y las Catequistas que ya han partido de este mundo y ya están gozando en la presencia de Dios, pidiéndoles que intercedan por todos los y las Catequistas de hoy; y rezar por todos aquellos que todavía se purifican y necesitan de nuestra oración para entrar al cielo, que el Señor tome en cuenta todo el bien que hicieron en sus Catequesis y en las familias. En fin, una gran acción de gracias por todos los y las Catequistas que han formado parte de nuestro caminar en la fe en estos cien años de vida diocesana.
Tenemos un gran desafío por delante: seguir anunciando el Reino de Dios en este mundo actual que tanto necesita de la presencia de Dios, esto lo conseguiremos con nuestro testimonio de conversión pastoral y permanente, caminando hacia la Santidad, sostenidos con la Gracia de Dios, siendo testigos del Resucitado en nuestras comunidades y ambientes donde nos desenvolvemos a diario.
Sabemos que nuestra Catequesis tiene su raíz en las enseñanzas del Evangelio y en la Tradición viva de la Iglesia, esta es la Palabra de Dios completa: Escrita y Transmitida e interpretada por el Magisterio de la Iglesia, que es asistido por el Espíritu Santo, por eso nuestro primer desafío ha de ser ocuparnos de nuestra conversión diaria alimentándonos de esta Palabra y de la Eucaristía, fuente y culmen de toda la vida de la Iglesia (LG 11), acompañada de una sólida formación permanente para poder “dar razón de nuestra esperanza” (1 Pe 3,15), en un mundo que necesita testimonios de vida y argumentos convincentes.
Nunca olvidemos que nuestros catequizandos son personas con su historia personal, y que “los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres y mujeres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo” (GS 1), de este Cristo que viene a sanar y salvar al ser humano completo, y nosotros como Catequistas estamos llamados a instruir con la palabra y el ejemplo y acompañar en el camino de la fe a los hombres y mujeres de hoy.
Ánimo queridos y queridas Catequistas, nuestro desafío es grande, pero no estamos solos, el Señor quien nos llamó es el que nos da su Gracia, el Espíritu Santo es quien nos guía, nos instruye y nos da las palabras oportunas para poder anunciar el Reino de Dios, la Iglesia Triunfante entera está de nuestro lado.
Pidamos al Señor, por intercesión de la Santísima Virgen María, que siga bendiciendo nuestro caminar juntos como Catequistas, que seamos testigos de esperanza y de paz en un mundo tan divido y necesitado de Dios. Que Él nos dé su Gracia para poder seguir siendo luz y sean muchos los que, como nosotros y a través de nosotros, puedan encontrarse con el Señor y como los Discípulos de Emaús, quienes afirman en el Evangelio: “Nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras” (Lc 24,32), sea el mismo Señor quien siga hablándonos a nosotros y explicándonos las escrituras, y que arda nuestro corazón cada vez que nosotros instruyamos y propiciemos el encuentro de nuestros catequizandos con Cristo Resucitado.
Un abrazo grande, en su Día, para todos los y las Catequistas de nuestra Diócesis de Valparaíso desde la Vicaría Pastoral y la Comisión Diocesana de Catequesis.
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