Corpus Christi en La Calera

La celebración de Corpus Christi es una fiesta religiosa pública, en donde la Iglesia expone a Cristo Jesús, en la figura del pan, a todas las personas que lo acompañan por la ciudad o que se detienen para verlo y adorarlo. Acompañamos a Cristo en procesión, ya no al modo del Jueves Santo, sino como Resucitado, porque la Eucaristía es la expresión más alta del amor resucitado del Señor. Y queremos que este don de vida que es la presencia real y viva del Hijo de Dios nos bendiga en nuestra ciudad de la Calera y encienda nuestros corazones para buscarle, amarle y desearle comer. Por eso la fuerza del sacramento de la Eucaristía va más allá de los muros de nuestras Iglesias. En este sacramento, el Señor se encuentra siempre en camino hacia el mundo, hacia nuestra querida ciudad y hacia nuestra intimidad. Este aspecto universal de la presencia eucarística se muestra en la procesión de nuestra fiesta. Llevamos a Cristo por las calles de nuestra ciudad de la Calera. Encomendaremos nuestras calles, nuestras casas, nuestros colegios y el campo, nuestra vida cotidiana, a su bondad. ¡Que nuestra ciudad de la Calera sea de Jesús! ¡Que nuestras casas sean casas para él y con él! Que en nuestra vida de cada día penetre su presencia. Con este gesto, ponemos ante sus ojos los sufrimientos de los enfermos, la soledad de los jóvenes y de los ancianos, las tentaciones, los miedos, toda nuestra vida. La procesión quiere ser una bendición grande y pública para nuestra ciudad de la Calera: Cristo es, en persona, la bendición divina para el mundo. ¡Que el rayo de su bendición se extienda sobre todos nosotros!     

Alejandro González Hidalgo  

                     Cura

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