Gracias a todos y todas por participar en la I Asamblea Diocesana de este año. Más de setecientas personas aceptaron la invitación a participar en ella y a sumarse en este Camino Diocesano de Discernimiento y Planificación Pastoral cuyo lema es “Hagan todo lo que Él les diga” (Jn 2,1-11).
Desde temprano se congregaron laicos y laicas, religiosas, religiosos, seminaristas, diáconos permanentes, sacerdotes en el Colegio Seminario San Rafael de Valparaíso. Con el momento de la oración se inició la Asamblea Diocesana. En ella ingresó el cirio pascual, la Virgen de Lo Vásquez y el Santísimo, quienes nos acompañaron durante toda la mañana.
Momento de la Escucha
Luego, vino el momento de la escucha donde se ahondó sobre el escenario socio – cultural y eclesial en el que peregrinamos. Para ello se contó con el análisis del académico Bernardo Donoso y Mons. Pedro Ossandón, Administrador Apostólico de la Diócesis de Valparaíso.
Bernardo Donoso reflexionó sobre cuál es el mundo donde nos tocó vivir. “Nos toca vivir un mundo en el que se releva la idea de transparencia. Por otra parte, los movimientos de indignados existen en todo el mundo. La importancia de los medios de comunicación sobre todo las redes sociales. Se multiplican los centros de poder, construimos centros de poder y se manifiesta en una opinión pública que es espontánea pero que también puede ser una opinión pública manipulada. La exaltación de la inmediatez, todo ahora. Los procesos migratorios de diverso origen, y que vienen por diversas causas: políticas, económicas, sociales. También vivimos en un mundo en que la vejez se desplazó y eso tiene una gran cantidad de consecuencias, los anuncios ya visibles de la inteligencia artificial, los nuevos estilos de vida, las desigualdades persistentes, y la búsqueda del sentido de vida. Ese es el mundo que nos toca vivir”.
“Vivimos en una época en que nada parece tan sólido como nos parecía antes y que, por ejemplo, hasta los acuerdos que adoptamos son temporales. A esto se agrega dentro de las redes sociales, las noticias falsas. Todo esto nos lleva a una palabra esencial que es la confianza. La confianza se relaciona con un tema clave para toda sociedad y que es la cohesión. La confianza es una riqueza de la sociedad y es la fuente de la cohesión que es un manantial de agua viva. Hoy, nosotros, tenemos cohesión en este instante y si hay cohesión el manantial de agua viva empieza a tener agua transparente que fluye”.
Mons. Pedro Ossandón recordó lo que el año pasado se efectuó en nuestra Diócesis: se constituyeron los Consejos Diocesanos de Movimientos Laicales y para la Prevención y Acompañamiento de Víctimas, se realizó la Asamblea Diocesana y ocho Asambleas Decanales, pudo compartir con comunidades parroquiales y educativas. Además, en marzo de este año se constituyó el Consejo Diocesano de Pastoral.
Luego reflexionó sobre ¿cuál ha sido la respuesta de los católicos de esta diócesis? “En primer lugar en la Asamblea Diocesana del año pasado. El Señor nos habló claramente, gracias a la respuesta generosa de cada uno de ustedes. Junto fuimos descubriendo lo que Dios quiere que hagamos: escuchar, discernir y servir. Para hacer lo que Jesús quiere solo lo podemos hacer en comunión. No hay nada peor para un católico que aislarse”.
“Me conmovió ver la generosa respuesta de los católicos de nuestra diócesis en el contexto de una crisis dolorosa a causa no solamente de los pecados de algunos de nosotros los sacerdotes sino también por la pena de reconocernos cada uno también responsable de alguna manera con nuestro propio pecado”.
También reflexionó sobre el pasaje de las Bodas de Cana ¿Qué aprendemos del relato de las Bodas de Cana? “La Iglesia de Valparaíso se reconoce como humilde servidora; aprende a ser contemplativa, es el cuerpo de Cristo santo Pueblo de Dios; se renueva en el perdón de Jesús; aprende a seguir a Jesús en su pasión y se renueva en los sacramentos”. Finalizó compartiendo que todo este proceso de Planificación Pastoral lo estamos haciendo unidos a todas las diócesis del país. “Estamos preparando con todas las comunidades diocesanas lo que será la III Asamblea Eclesial Nacional, la que nos ayudará a renovar las Orientaciones Pastorales de Chile”.
En el primer momento de trabajo grupal, los asistentes con la reflexión efectuada por los panelistas compartieron la pregunta ¿Cuáles son los principios y valores que afirman mi fe y esperanza? Su respuesta la plasmaron en una vasija de greda. Luego del refrigerio, los participantes cuando regresaron a sus ubicaciones encontraron sus vasijas rotas.
Momento del Discernir
La Hermana Nelly León Religiosa de la Congregación del Buen Pastor y Capellana de la Cárcel de Mujeres de Santiago aportó pistas de cómo reparar las llagas que deja esta crisis, cómo se recuperan las confianzas para que efectivamente exista una participación protagónica y corresponsable en la conversión de la Iglesia.
“Cuando regresamos encontramos los cántaros quebrados, simbolizando con ello cómo nos encontramos. Los antiguos maestros del milenario japón restauran una pieza que se ha roto, agrandan la fractura con oro, ellos tienen la filosofía que cuando algo ha sufrido algún daño tiene su historia y esto lo hace más fuerte y hermoso porque se convierte en un guerrero en una guerrera del camino. No es suficiente reconocer las incongruencias, es necesario aprender a sanar las heridas con amor, hay que hacer un trabajo interior que nos permita celebrarlas y en lo posible olvidarlas. Este arte no se trata de ‘arreglar’ los defectos, no intenta perfeccionarlos, simplemente vuelve a convertir la pieza rota en algo completo. Cuando alguien comete un error, un delito y causa un dolor, el primer paso es el reconocimiento y pedir perdón desde lo más profundo del alma y del corazón. El segundo paso es darse la tarea de restaurar la pieza quebrada, ‘el corazón de la persona herida’ con sinceridad, dedicación, amor y mucha paciencia. El tercer paso es colocar la pieza en un lugar donde pueda mostrar sus grietas. Las grietas, las llagas siempre van a estar y resaltadas con oro para que no nos olvidemos y saber que nunca más voy a cometer lo mismo”
En su presentación invitó a Paola Ramírez quien con su testimonio nos señaló cómo Dios restauró su vida, tal como el cántaro que se rompe y se restaura. “Mi vida fue restaurada, hoy día camino con las llagas de esas heridas que tuve y cada una me recuerdan quien fui, pero no me recuerdan quien fui con dolor, me recuerdan quien fui para no retroceder, para avanzar. Dios hace eso maravilloso que es restaurar la vida de una persona. En esta situación Dios va a restaurar esta gran misión que es la Iglesia”
La hermana Nelly continuó su reflexión señalando que ante la situación que estamos viviendo la Iglesia tiene que avanzar y adelantarse a los tiempos. “En este contexto de cambio cultural, estamos desafiados a una mirada integral de nuestra iglesia. Nos interpela a un proceso de discernimiento que nos ayude a identificar y reconocer las causas que han permitido una crisis de esta magnitud. En este tiempo de renovación eclesial, juega un papel importante el que juntos, en y desde las diversas comunidades, podamos descubrir lo que Dios nos pide en esta hora de la historia. Todo requiere un camino de discernimiento. ¿cómo discierno frente a una realidad que me golpeó?, ¿cómo avanzo?”.
“Algunas pistas sobre el discernimiento. Primero hacer un ejercicio de contemplación comunitaria y participativa, que la comunidad discierna lo que Dios quiere para ella, todas las comunidades entran en el proceso de discernimiento, esta experiencia del discernimiento es un fin en sí mismo, es ir avanzando a una cultura en que el discernimiento se convierte en una forma concreta y cotidiana para vivir el Evangelio en las distintas situaciones de la experiencia de las personas y sus comunidades. A modo de conclusión: Volver a la centralidad de Jesús, profundizar en la Palabra Escucha, Iglesia en Salida, Pueblo de Dios somos todos, promover la cultura del cuidado y protección”.
Las palabras de la hermana Nelly y el testimonio de Paola sirvieron para que los presentes reconstruyeran sus vasijas quebradas.
Momento del Servir
Tras el trabajo grupal, el padre Rafael Osorio Vicario Pastoral concluyó la Asamblea presentando el itinerario de las actividades que se realizarán este año en el Camino Diocesano de Discernimiento y Planificación Pastoral. Entre mayo y agosto se efectuará un Discernimiento comunitario. En septiembre y octubre se volverán a realizar Asambleas en los ocho Decanatos de nuestra Diócesis. En noviembre se hará la II Asamblea Diocesana y se finalizará, este año, en diciembre con una Jornada de Vicaría Pastoral.
Con la oración final concluyó la primera Asamblea Diocesana de este año. En ella también se rezó la oración que se creó para este tiempo.
Todo lo relacionado con el Camino Diocesano de Discernimiento y Planificación Pastoral está en un especial en el sitio web del Obispado de Valparaíso: www.obispadodevalparaíso.cl
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