Una mañana de oración y reflexión sobre lo que estamos viviendo como país se vivió en el Santuario de Nuestra Señora Purísima de Lo Vásquez. Hasta este Santuario Mariano llegaron sacerdotes, diáconos permanentes, religiosas y religiosos que sirven en la Diócesis de Valparaíso.
La jornada se inició con la celebración de la Misa por la Paz y la Justicia que fue presidida por don Pedro Ossandón, Administrador Apostólico de la Diócesis de Valparaíso. En su homilía, reflexionó sobre el relato de los discípulos que se dirigen a Emaús. “Nosotros también como país hemos sufrido estos días algo que nos desconcierta, que nos deja en silencio. Ya no tenemos la respuesta fácil a las causas de esta dolorosa situación. Surgen las primeras luces, la más obvia el dolor de tantas personas que padecen de injusticias sociales y al mismo tiempo el dolor y la vergüenza de mi pecado de soberbia, egoísmo, de individualismo atroz que se olvida del sufrimiento de mi hermano que está al lado”.
Además, nos recordó cómo fue el acercamiento de Jesús a los peregrinos. “Jesús se acerca a los discípulos en silencio, humildemente. Él se pone a caminar con los dos hombres que están desesperanzados, tristes, desolados. El Señor junto con caminar con ellos, expresa aún más su humildad preguntando qué vienen conversando por el camino. Se expone a que lo traten de ignorante. Cleofás uno de los dos le hace el relato objetivo de lo sucedido. Luego el Señor hace un relato siguiendo el plan divino de salvación expresado en las santas escrituras en la esperanza del pueblo y en la palabra de Jesucristo. Mientras van caminando, siempre caminando, es una Iglesia Sinodal, en discernimiento sinodal, siempre en movimiento, ellos van poco a poco comprendiendo cuáles son los designios salvíficos de salvación”.
Don Pedro agradeció a cada uno de los presentes, a las comunidades parroquiales, a los sacerdotes, diáconos, religiosos, religiosas, a todos los movimientos apostólicos de nuestra diócesis porque en estos días de dolor en Chile han sido como Jesús de Nazareth, han abierto las puertas de las parroquias, de los santuarios, de los lugares de culto y de oración para que todos podamos escuchar a Jesús que ya está con nosotros.
“Gracias porque nosotros volvemos a descubrir cómo se recupera la fe, la esperanza, el amor que nos trae la justicia social que invade, la paz que pedimos para todos los hogares de Chile, especialmente, para los más empobrecidos y a quienes les pedimos perdón por nuestra distancia y por la falta de compromiso social desde la enseñanza del Evangelio de Jesucristo”
“En este relato de los discípulos de Emaús vemos a Jesús que la Iglesia, es una Iglesia Pueblo de Dios, Cristo camina con nosotros, Cristo hace discernimiento pastoral, humilde, sin soberbia, siempre implorando en comunión fraterna y en oración la voluntad de Dios. Una Iglesia que camina unida, sinodalmente. Una Iglesia que anuncia la palabra, profética, una Iglesia que celebra el Reino de Dios, una Iglesia en comunión”.
Camino sinodal
En un segundo momento, iluminados por el texto de los Discípulos de Emaús, reflexionaron desde la fe las situaciones y desafíos actuales de nuestra sociedad, buscando caminos para mejorar, animar y orientar a las comunidades.
Al finalizar el Encuentro, don Pedro informó que como Diócesis continuamos en el Camino de Discernimiento y Planificación Pastoral hacia una planificación pastoral que es sinodal. Ya se han realizado seis asambleas decanales y el 30 de noviembre se realizará la II Asamblea Diocesana de este año. Es importante que se discierna sobre ¿Cómo respondemos desde la diaconía (servicio) el compromiso en la justicia social?
A su vez, recordó que se continúa con la formación que entrega el Consejo Diocesano para la prevención y acompañamiento de víctimas. También informó que se realizará un nuevo encuentro con sacerdotes, diáconos permanentes, religiosas y religiosas al inicio del Mes de María ya que en comunión eclesial se escucha con más fuerza la voz del Señor. Concluyó sus palabras, invitando a realizar tres consejos: orar con devoción, realizar gestos concretos de solidaridad que construyan la justicia social y a ser artesanos de la Paz.
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