Saludo Pascua de Resurrección de obispo Pedro Ossandón

Mons. Pedro Ossandón, envió un afectuoso saludo virtual de Pascua de Resurrección a todas las familias, comunidades parroquiales, de todos los colegios de la diócesis, movimientos apostólicos, a todos los hombres y mujeres de nuestra diócesis de Valparaíso.

 

Inició su mensaje deseando una muy feliz Pascua de Resurrección. “El Señor resucitó, aleluya. Cantamos y alabamos al Señor porque verdaderamente ha entregado su vida por amor a nosotros. Cristo subió a la cruz y derramó su sangre para que nosotros pudiéramos ser purificados, santificados, liberados y llenos de su vida eterna”.

 

Recordó que en estos dos últimos años nos ha tocado vivir dolores, ser testigos y compartir la muerte de tantas personas. “Admirarnos y apoyar a los que se han sacrificado para cuidar la vida, la seguridad, para cuidarnos con todos los servicios esenciales. Lo hemos visto también sufriendo y entregándose en el apoyo solidario en tantos comedores y ollas. Lo hemos visto en este proceso de vacunación donde todos hemos colaborado, incluso nuestras parroquias ofreciéndose para que abran sus puertas y podamos juntos ir enfrentando esta situación de pandemia tan dolorosa”.

 

También se refirió al proceso eleccionario que vivimos en nuestro país. “En estos tiempos también nos estamos preparando para un Chile que queremos más fraterno, más solidario y, por lo tanto, eligiendo a nuestras autoridades, a los servidores públicos que se definen esencialmente, y es lo que más valoramos, que sea una persona capaz de sacrificarse, capaz de expresar con el amor esa honestidad, esa integridad de vida, ese espíritu de sacrificio diario para que busquemos siempre la unidad, la fraternidad, la amistad social, la justicia, en el amor y la paz”.

 

“Nosotros después de haber vivido este tiempo, y haber sido testigos también, en nuestros propios procesos de conversión, como el Señor nos fue ayudando a salir del egoísmo, de la modorra, de la comodidad, de la agresividad, de la descalificación, a encontrarnos en la cruz de Cristo, y Cristo venciendo a la muerte y venciendo todos nuestros odios individualistas, violentos, ayudándonos a ser servidores, a ser hombre y mujeres de paz, artesanos de reconciliación, de reencuentro entre los chilenos para que en la mesa, aquí en la eucaristía de Cristo y en la mesa de nuestras familias a nadie le falte pan, todos tengan trabajo, todos podamos participar de los mismos beneficios para cuidar y recibir la vida desde la concepción de los niños hasta su muerte natural, porque la vida es sagrada”.

 

Finalizó su mensaje diciendo que “Cristo mismo, y a eso nos llama el Señor, camina con los que sufren, camina con los desesperanzados para decirles que él ha vencido a la muerte, que era verdad lo que enseñó y que Cristo está vivo, en la Eucaristía, en cada uno de nosotros y, especialmente, cuando nos ofrecemos el amor de Cristo resucitado”.

 

 

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