El coordinador de la parroquia San José, de Villa Dulce, que resultó la más afectada de la Diócesis de Valparaíso, relató en primera persona lo vivido el viernes 02 de febrero pasado.
“Casi toda mi vida estuve colaborando en esta parroquia, llevo más de 60 años, mis padres fueron quienes me criaron aquí, yo soy vecino de la parroquia. La tarde del viernes nos encontrábamos en el salón parroquial porque íbamos a realizar una reunión con el P. Claudio Ortiz para coordinarnos para la semana y para el Miércoles de Cenizas, cuando se produjo la catástrofe. La verdad fue algo repentino, llegó un llamado a una de las personas del grupo de la reunión, le avisaron que se estaba quemando su departamento y salió despavorida. Vino un viento que nos llevaba, la verdad, y se produce la debacle, porque la parroquia se esfumó en menos de diez minutos, el fuego fue intenso, y yo tratando de entrar a mi casa porque tenía mis cosas (que no pude sacar casi nada) y mis mascotas, que son 5. Fue una desesperación total. Yo me escapé, creo que como toda mi vida atendí a San José, él me devolvió la mano”.
En relación a las capillas de la parroquia, Héctor Berroeta indicó: “Hay mucha tragedia en nuestra comunidad. Gracias a Dios nuestras Capillas no sufrieron daños graves”. Pero detalló: “Hacía dos meses habíamos hecho una Capillita para tener las misas diarias, esa capilla también sufrió daños, aunque no por completo. Alcanzamos a salvar el Sagrario y algunas cuatro cosas más. También se salvaron la oficina parroquial y la casa parroquial, felizmente el fuego no las alcanzó porque había un muro grande que dividía”.
Acerca de los días posteriores al incendio, explicó: “El sábado muy temprano, a las siete de la mañana, llegó el Padre Claudio para ver si había que retirar algo, se llevó los Copones prácticamente galvanizados, que fue lo único que rescató. Más tarde, a las once de la mañana, tuvimos la visita del Obispo con el P. Reinaldo y P. Eduardo, y dos jóvenes más. El domingo tuvimos Misa en la capilla del Olivar, comunidad que creo es la que más sufrió situación de dolor en las familias porque prácticamente se fue el 80% de la población, también aparte de los damnificados, muchas muertes de personas mayores, creo que eso es lo más trágico”.
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