Monseñor Jorge Vega Velasco entrega su mensaje de Cuaresma a la Diócesis de Valparaíso

Para iniciar el Santo Tiempo Cuaresmal, Monseñor Jorge invita a la Diócesis de Valparaíso a vivir este tiempo de gracia con un corazón disponible para encontrarnos con el Señor y nuestros hermanos.

En medio de los dolores y tristezas que han experimentado muchas familias de Viña del Mar, Quilpué y Villa Alemana por los incendios, Monseñor Vega nos motiva a acompañarnos mutuamente y a recorrer el camino del dolor juntos.

MENSAJE DE CUARESMA 2024

“Mi alma tiene sed de Dios”

+ Jorge Patricio Vega Velasco

Obispo de Valparaíso

Hermanas y hermanos de la Diócesis de Valparaíso:

Con el miércoles de ceniza iniciamos el santo tiempo de la Cuaresma. Esta ceniza que recibiremos es signo de penitencia, pero también de conversión. Signo de una invitación que nos hace ponernos de pie e iniciar un nuevo caminar. 

En medio de los trágicos acontecimientos que estamos viviendo como Diócesis a causa de los incendios, esta cuaresma es una invitación radical a vivir ntensamente el camino de conversión como un tiempo de gracia, donde el corazón se transforma y nos dispone al encuentro del Señor y los hermanos.

Todos hemos experimentado, que en medio de las adversidades de la vida, la conversión personal y comunitaria es siempre un proceso complejo. Pero también hemos comprendido que la Cruz de cada uno es la puerta de entrada al Encuentro con Dios. Es justamente en ese encuentro, donde la conversión se une a la esperanza, y donde en el dolor comenzamos a experimentar la paz.

Entonces surge en nuestra alma el mismo clamor del salmista: “Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo”. Por eso, frente a la grave crisis que han provocado los incendios, la Cuaresma se nos presenta como un tiempo precioso para saciar la sed que tenemos de Dios y renovar nuestras fuerzas en su inmenso amor y misericordia.

Sabernos necesitados de Dios, percibir que tenemos sed de Él, reconocer nuestros dolores y tristezas se convierte en una especie de plegaria ininterrumpida en este tiempo cuaresmal. Por eso los animo a que en estos días santos acrecentemos la oración, la limosna y la penitencia como herramientas fecundas de salvación. 

El amor a Dios se hace concreto yendo al encuentro de los últimos, acogiendo a los que han perdido todo, abriendo la puerta a los que lloran por sus seres queridos que han partido por causa de los incendios. 

En esta cuaresma, Jesús nos ofrece su amor de manera incondicional. Respondamos a ese

amor con la firme convicción que, aún en medio de los desastres más grandes, Dios sacia la sed del corazón que acude a su encuentro y al de sus hermanos que sufren. 

Que tengamos una santa Cuaresma. Les envío mi Bendición.

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