Después de la reunión de trabajo, realizaron un recorrido por las zonas siniestradas.
El pasado miércoles 13 de marzo, el Delegado Episcopal para la Educación de la Arquidiócesis de Santiago junto a su equipo, visitaron la Diócesis de Valparaíso con motivo de coordinar ayudas que colegios católicos de Santiago enviarán a comunidades educativas afectadas por los incendios de febrero.
La reunión tuvo lugar en dependencias de la parroquia Sagrado Corazón de Jesús de Miraflores y participaron Gerardo Boetsch, Delegado Episcopal para la Educación de la Arquidiócesis de Santiago, quien vino junto a cuatro personas más de su equipo. También, estuvieron presentes José Ignacio Latorre, Delegado Episcopal para la Educación de la Diócesis de Valparaíso, parte del equipo de la Fundación ODEC, el P. Diego González, párroco de la comunidad de Miraflores, Antonio Neira, director del Liceo Santa Teresa de los Andes y el P. Claudio Ortiz, quien está acompañando a la comunidad de Villa Dulce.
Gerardo Boetsch dio cuenta de cómo surgió la iniciativa de colaboración que se está gestando: “Actualmente la Arquidiócesis de Santiago está apoyando a través de Caritas Santiago y desde el Área Educación vimos que todavía hay mucha necesidad en esta zona afectada y que los colegios de Santiago también veían que eran capaces de más. En ese sentido estamos pensando en poder hacer una vinculación entre la Delegación Santiago y la Delegación de Educación de Valparaíso de manera que la ayuda entre colegios sea de forma directa y pueda ser así un aporte concreto a las familias que son parte de los colegios católicos de la Diócesis de Valparaíso. La idea es apoyar desde los colegios de Santiago directamente a los colegios afectados o bien a colegios que tengan alumnos que vivan en sectores afectados”. Además, explicó que actualmente la campaña se encuentra en una primera fase de diagnóstico, en la que están recopilando información para conocer cuáles son las necesidades reales para que la ayuda sea realmente efectiva.
Por su parte, José Ignacio Latorre agradeció el apoyo de la Delegación de Educación de Santiago y explicó el proceso en el cual se encuentran en este momento: “Estamos en una fase de diagnóstico por parte de la Arquidiócesis de Santiago, de hacer un levantamiento real de las necesidades y próximamente vendría el otro paso de ver en lo concreto en qué se realizaría este aporte. Pero en este momento estamos en la fase de conocimiento, de recoger experiencias, y después pasaremos a la otra etapa”.
Además, el P. Diego González también valoró la iniciativa: “Es un lindo paso para generar vínculos entre la Iglesia de Santiago, la Iglesia de Valparaíso, pero sobretodo de las familias que quieren apoyar a estas familias que han perdido todo. Nosotros también tenemos que lamentar la muerte de una alumna del Liceo, una estudiante de segundo medio, sus funerales los realizamos en el colegio la semana pasada junto a su hermana, sus abuelos y una tía, fue una familia en la que cinco personas perdieron la vida, entonces verdaderamente ha sido muy difícil para nosotros, pero estamos contentos de la ayuda que estamos recibiendo”.
Contención emocional en las salas de clases
Frente a la tragedia que significa la pérdida de vidas humanas, de las viviendas, de los bienes materiales y de todo lo que conlleva la catástrofe que se vivió durante los primeros días de febrero en la V Región, el retorno a clases y el inicio del año escolar también se ha visto afectado. En el Liceo Santa Teresa de los Andes, con más de 43 damnificados según confirman sus autoridades, son muy conscientes de ello, por lo que han preparado una batería de estrategias y acciones para apoyar al alumnado. El director, Antonio Neira, detalló el trabajo que están realizando: “Se han preparado algunas estrategias para poder acompañar vincularmente y también socioemocionalmente a nuestros estudiantes de modo que el foco educativo será la contención, la ayuda y la generación de un colegio que acoge, donde hay un ambiente seguro y un ambiente de cordialidad y afecto. Hemos entregado canastas de alimentación, de útiles y uniformes, pero hay algunas áreas a las que no llegamos, pero hay algunas familias y colegios que han apadrinado a algunos de nuestros alumnos”. Además, frente a la alta tasa de ausentismo por parte de su comunidad estudiantil, indicó: “Nosotros tenemos el Comité de Prevención del Rezago y Repitencia Escolar y conjuntamente hemos preparado una serie de acciones que incorporan a nuestros alumnos damnificados que, si bien el año pasado no estaban en el comité, también se integran toda vez que pueda aumentar su tasa de ausentismo, su rezago escolar y también se ha coordinado atención psicológica para ellos. Afortunadamente hemos estado acompañados por la Universidad Adolfo Ibáñez, con la cual vamos a firmar un convenio para que a través de ellos nuestras familias y docentes tengan mayores herramientas para acompañar, herramientas de autocuidado y también para que puedan contener a nuestros estudiantes”.
El P. Diego González agregó: “Es importante para nosotros entender que somos colegios católicos e instituciones católicas y detrás de todo lo que hacemos está Jesucristo, el Señor, todo lo que nos mueve es por amor al Señor y por la fe que hemos recibido. Entonces todas las campañas tienen una dimensión cristiana. Frente a la crisis, a la tragedia, a la dificultad, uno pierde la fe o la aumenta, y nosotros lo que estamos tratando de hacer es que las personas nunca pierdan la esperanza y que sigan motivados y animados por el Señor que nos acompaña en cada momento”.
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