El Día Mundial de la Salud se conmemora cada 7 de abril.
La preocupación por el cuidado de la salud ayuda a mantener una buena calidad de vida, prevenir enfermedades y problemas a futuro. Por tanto, esta celebración, invita a concientizar sobre la importancia de trabajar en propagar este derecho universal a todas las personas en el mundo.
La fecha fue impulsada en 1948, en el marco de la Asamblea Mundial de la Salud. El día hace referencia a la fundación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), un 7 de abril de 1948.
Para nosotros la salud es un bien de vital importancia. En la actualidad existen diversas perspectivas y disciplinas para abordar la valoración y el cuidado de esta temática.
Desde la experiencia de la fe en Jesucristo, la mirada, el cuidado y la preocupación por la salud es de gran trascendencia. Si contemplamos los pasos y el modo de accionar de Jesús en las diversas páginas del Evangelio, se vislumbra, la atención en cuidar un conjunto de relaciones como particularidad para custodiar la salud integral de toda persona.
En esta celebración volver la mirada sobre la categoría de la “relación”, para nosotros, puede ser muy significativo.
En la Sagrada Escritura y en la Experiencia Eclesial, se manifiesta la coherencia de las verdades de fe entre sí y en el contexto del proyecto total de la Revelación. Desde los relatos del Libro del Génesis, atravesando el camino transitado por el Pueblo de Israel, la experiencia de los profetas, la presencia, acciones y palabras del Hijo de Dios en la historia; el acontecimiento de Pentecostés y el conjunto de interacciones de quienes somos discípulos y misioneros; se expresan un conjunto de relaciones fundamentales estrechamente conectadas: La relación con Dios, con las demás personas, con nosotros mismos y con la creación.
Cuando estas relaciones vitales se realizan en armonía se revela y realiza una nota de capital importancia para todo ser humano: la salud.
Por tanto, en el marco de las diversas profesiones que ofrecen sus servicios para el cuidado de la salud, la experiencia cristiana nos motiva a destacar la importancia del cuidado de nuestro mundo de relaciones como aporte significativo para perfilar el hacer presente este bien tan preciado que destacamos en esta celebración.
El cuidar la salud de los demás y la propia, es el amor cristiano en acción. En la carta del Apóstol San Pablo a los Tesalonicenses, recibimos este llamado: “Confórtense los unos a los otros, y edifíquense el uno al otro, tal como lo están haciendo” (1 Tes 5,11)
Por: Hno. Henry Cadena, Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.
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