Una gran fiesta de oración fue lo que cientos de personas vivieron el martes 12 de noviembre en el Teatro Municipal de Valparaíso. El motivo de la fiesta, la celebración de los más de 30 años de servicio musical que el cantautor Católico Marcos López tiene y que quiso compartir con toda la comunidad diocesana.
Son las seis de la tarde del martes 12 de noviembre y un grupo de personas espera en la puerta del Teatro Municipal de Valparaíso. La espera se transforma en una fila esta compuesta por feligreses de diversas parroquias y comunidades que vienen a ser parte del Concierto “Es tiempo de sembrar” del cantautor católico chileno Marcos López, originario de Valparaíso y que actualmente esta radicado en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, México.
Al interior del teatro porteño, decenas de personas se preparan para recibir a los asistentes y comenzar el esperado concierto. Sonidistas, técnicos, músicos y muchos voluntarios, son los que responsables de que todo funcione y el concierto se desarrolle de la mejor manera posible. En el centro del escenario, Marcos ensaya junto a los músicos de la ML BAND, que lo acompañan en sus visitas al país y hoy ya son sus amigos en este ministerio de fe y adoración motivado por la música católica.
Invitados como el Padre Jota, sacerdote y músico de nuestra diócesis, son integrados en esta ocasión tan significativa para el cantautor Marcos López, y refuerzan el sentido profundo de este concierto: celebrar la historia y el camino que Dios ha trazado en la vida musical del artista.
Con más de 30 años de experiencia, sus canciones han sido la banda sonora de retiros, peregrinaciones y diversas celebraciones en las distintas comunidades católicas de la Diócesis de Valparaíso. El mensaje cristocéntrico que subyace en sus creaciones, ha ayudado en el camino de fe de miles que han escuchado y siguen hoy acogiendo sus discos y canciones.
Minutos antes de iniciar el concierto, Marcos se reune con sus músicos y los miembros más cercanos de su staff. Tras bambalinas, se realiza uno de los momentos más importantes de esa tarde, la oración comunitaria. En esta ocasión, el Padre Roberto Pinto, sacerdote de la Parroquia San Felipe Neri de Villa Alemana, motiva el momento de profunda fe y recogimiento. Gratitud, humildad y disposición a la voluntad de Dios son los pilares fundamentales de la plegaria que termina con la bendición sobre todos. De esa manera, ya está todo listo para iniciar la presentación.
La asamblea compuesta por asistentes de diferentes lugares, entre ellos amigos, laicos, sacerdotes y fieles de diversas comunidades y movimientos, esperan intensamente el momento y reciben con fuerza el arribo del cantautor al escenario. Las luces y el sonido estan preparados y los músicos listos para las primeras notas de este momento de música y adoración.
Durante una hora, el concierto fluye entre cantos clásicos de los primeros discos del cantautor, para luego pasar a piezas musicales que fusionan ritmos actuales y tropicales, influencias que son signos de sus años ministeriales en el extranjero. Después de varios momentos musicales destacables, con cantos que alimentan la memoria emotiva de una audiencia eclesial con una experiencia común, el concierto se detiene para dar pasó al momento central: Una breve y profunda adoración al Santísimo.
Con todo el respeto y el cuidado debido, miembros del staff organizan el centro del escenario, las luces se disponen y la audiencia se prepara para la ocasión. El Teatro Municipal de Valparaíso, acostumbrado a tener en su escenario a gigantes de la música nacional e internacional, y que ha sido testigo de grandes asambleas y encuentros culturales y artísticos, recibe hoy a su invitado más importante: Jesús Sacramentado.
El Pbro. Roberto Pinto, lentamente se dirige al centro del escenario, donde todo está listo y dispuesto. En sus manos lleva la custodia y en su centro al invitado de honor, Jesús el Señor. La asamblea lo recibe con devoción y respeto, algunos bajan la cabeza y otros de rodillas se disponen a adorar. El teatro se convierte finalmente, en una casa de oración. Después de momentos intensos de oración, comienza a sonar “Jesús está vivo”, canción significativa para muchos de los asistentes y que motivó ese hermoso momento de contemplación. Esta pieza musical, que invita a profundizar el significado del sacrificio redentor del Señor, fue la elegida para dar término al espacio de adoración y dió paso al ultimo tramo del concierto.
La experiencia vivida en el Teatro Municipal de Valparaíso terminó pasada las nueve de la noche, con los asistentes llenos de gozo y con un corazón renovado. Y con músicos y voluntarios llenos del Espíritu Santo que vieron cómo el Señor hizo su obra, antes, durante y después del concierto.
El cantautor Marcos López agradeció a todos los que ayudaron en la gestión de ese histórico momento, a su familia, a quienes desarrollaron la misión de conseguir el teatro, a los que estuvieron a cargo de la promoción y las entradas, a los músicos que lo acompañaron y a quienes siempre han apoyado su camino musical y a los que estuvieron presentes en este importante encuentro musical en uno de los escenarios más importantes de nuestra región.
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