Reflexión Evangelio

Domingo 11 de mayo, 4° de Pascua

Jn 10, 27-30

Por: Pbro. Ramón Tapia, Diócesis de Valparaíso.

ESCUCHEMOS AL BUEN PASTOR San Juan 10, 27-30.

 Jesús comienza este evangelio diciéndonos: MIS OVEJAS ESCUCHAN MI VOZ. Quiero preguntarme si esto es verdad porque no es tan claro que escuchemos la Voz amable de Jesús el Buen Pastor. Conocemos la famosa frase de Zenón: Nos han sido dadas dos orejas, pero sólo una boca, para que podamos oír más y hablar menos. Por nuestra contextura física estamos llamados a escuchar el doble de lo que hablamos. Una señora me confesaba abiertamente que ella claramente hacía al revés y yo le dije que también caigo en contrariar mi naturaleza. Nos cuesta mucho escuchar en la familia, entre los esposos, en el trabajo, en la comunidad cristiana. Hablamos demasiado y parece que lo que yo hablo es más importante que lo que me dicen. Un sicólogo dice: La mayoría de nosotros escuchamos a través de una pantalla de resistencia. De una auténtica escucha nos separan nuestros prejuicios, sean religiosos o espirituales, psicológicos o científicos; nos separan nuestras preocupaciones diarias, nuestros deseos o expectativas, nuestros miedos, etc. Y con esto como pantalla… ¡escuchamos! Por lo cual, lo que realmente escuchamos es… nuestro ruido, nuestro sonido, no lo que realmente está siendo dicho…»

Y así como no escuchamos a los demás nos cuesta escuchar a Jesús el Buen Pastor. Lo digo yo que predico y leo y escucho la Palabra. Estamos tan acostumbrados a la Palabra de Dios que nos parece que ya la sabemos, no hay novedad en lo que me dice el Señor.

Volvamos a quedarnos en silencio para escuchar a este Buen Pastor que siempre nos habla. Nos habla en la conciencia que es la voz de Dios, siempre habla contigo y conmigo. Muchas veces no lo escuchamos pero el Buen Pastor nos habla con perseverancia. Sus Palabras hablan de amor, de paz, de misericordia, de justicia. Nos habla en su Palabra escrita, en las lecturas bíblicas. En la primera parte de la Eucaristía el Buen Pastor habla a sus ovejas a través de los textos bíblicos. Nos habla en la oración como nos dice el Papa Francisco: “La oración confiada es una reacción del corazón que se abre a Dios frente a frente, donde se hace callar todos los rumores para escuchar la suave voz del Señor que resuena en el silencio”

¿Cómo podemos volver a escuchar la Voz del Buen Pastor?

Primero guardar silencio, acallar los ruidos interiores y exteriores porque el Señor habla en el silencio, en la brisa suave. Es necesario aquietar nuestro espíritu, nuestra mente para escuchar al Señor. Su Palabra es vida, es salvación. Cuando Jesús vivía su Palabra convocaba inmensas multitudes que dejaban de comer por escucharlo. Tú y yo ovejas de este Buen Pastor necesitamos escuchar todos los días su Palabra para ser de verdad ovejas de este Buen Pastor.

 YO LAS CONOZCO.  Jesús el Buen Pastor nos conoce a nosotros sus ovejas. Te conoce, me conoce. Antes que naciéramos ya nos conocía. Sabe todo de ti y de mí. Nada de lo oculto tuyo y mío es desconocido para el Buen Pastor. Como dice el salmo 139(138): “Señor tú me examinas y me conoces, tú sabes cuándo me detengo y cuándo me pongo en marcha”  Pero es un conocimiento de amor. Nos conoce amándonos, nos ama conociéndonos. Nos ama como somos, sabe todo de ti y de mí y nos ama, nos acepta, nos perdona. Gocemos en este amor del Buen Pastor. Los pastores de ovejas tienen que ser muy suaves, muy tiernos, muy amables porque las ovejas son muy tímidas. Así también es Jesús el Buen Pastor con nosotros sus ovejas. El me ama infinitamente, siendo pastor se entregó como oveja en la pasión. En el Amor de mi Buen Pastor descanso. Nos enseña el Papa Benedicto: “Por el contrario, el pastor de todos los hombres, el Dios vivo, se ha hecho él mismo cordero, se ha puesto de la parte de los corderos, de los que son pisoteados y sacrificados.

BUEN PASTOR DANOS LA GRACIA DE ESCUCHARTE Y SEGUIRTE. AMÉN.

Visto 396 veces,  4 vistas hoy