
Casa de Formación Diaconal visitó diversas residencias de adultos mayores con el fin de animar la fe y entregar un momento fraterno a quienes residen en esos lugares.
Como parte de su itinerario formativo y pastoral, estudiantes de la Casa de Formación Diaconal “Felipe Diácono” de la Diócesis de Valparaíso, vivieron el pasado sábado 14 de junio una jornada profundamente significativa, marcada por el encuentro fraterno con adultos mayores en distintas residencias de la región.
Con ese objetivo, se realizaron visitas simultáneas en las ciudades de Viña del Mar y Quillota, en las que los futuros diáconos, acompañados por sus formadores y diáconos permanentes, llevaron palabras de consuelo, gestos de esperanza, oración y la presencia concreta de la Iglesia a quienes viven la etapa final de la vida, muchas veces en condiciones de fragilidad.
Hogar San José – Quillota
En la ciudad de Quillota, los formandos fueron acogidos por la comunidad del Hogar San José en un ambiente de ternura y apertura. Reunidos en círculo con los residentes, compartieron cantos a Dios y a la Virgen, acompañados por instrumentos musicales, chistes, dinámicas lúdicas, premios y pequeños obsequios que despertaron sonrisas sinceras y momentos de profunda conexión.
El encuentro culminó con una liturgia de la Palabra, durante la cual los adultos mayores ofrecieron sus peticiones con emoción. Todos los presentes —residentes y funcionarias— fueron bendecidos con agua bendita. “Nos fuimos agradecidos y pensativos. El Señor siempre sorprende: vinimos a dar, y terminamos recibiendo alegría y amor”, compartieron conmovidos.





Hogar “Madre Teresa de Calcuta” – Quillota
Ese mismo día por la tarde, otro grupo visitó el hogar “Madre Teresa de Calcuta”, perteneciente a la Fundación Amencri. Acompañados por el Delegado Episcopal para el Diaconado permanente, diácono Fernando Mercado, los estudiantes compartieron con los 14 residentes —en su mayoría personas postradas— mediante el rezo del Rosario en cada habitación, saludos personales y momentos de oración.
El diácono Mercado bendijo individualmente a los abuelitos con agua bendita, generando un clima de consuelo y recogimiento. Los formandos destacaron la profunda experiencia de fe que vivieron: “Encontramos al Señor en el rostro sufriente de quienes necesitan consuelo y compañía. Fue una experiencia transformadora”.



Hogar de las Hermanitas de los Pobres – Viña del Mar
Otro grupo se dirigió al Hogar de las Hermanitas de los Pobres, ubicado en el sector de Gómez Carreño. Recibidos con cariño por la hermana Sor María Beatriz, vivieron una jornada fraterna y luminosa, marcada por conversaciones significativas con los adultos mayores sobre la vida, el amor de Dios y la presencia de la Santísima Trinidad.
Durante la visita compartieron cantos, dinámicas y testimonios, y concluyeron con la celebración de la Santa Misa, presidida por el capellán naval Juan Molina. Los rostros alegres de los residentes y la invitación a “volver pronto” resonaron como una semilla que continuará dando fruto. “Nos trajimos un gran desafío: que esta sea la primera de muchas visitas”, expresaron con convicción los estudiantes.





ELEAM Rosa Krayer – Quillota
Finalmente, en la ciudad de Quillota, los formandos Luis, Alexis, Claudio y Guillermo, junto al diácono Luis Sepúlveda —exalumno y actual profesor de la Casa de Formación— visitaron el ELEAM Rosa Krayer, una residencia que acoge a personas mayores en situación de vulnerabilidad.
La jornada incluyó el rezo del Rosario, una Liturgia de la Palabra con Comunión y la visita personalizada a residentes postrados. En un ambiente de escucha activa, los estudiantes conversaron con mujeres y hombres marcados por la sabiduría del tiempo. “Fue una oportunidad para renovar nuestro llamado al diaconado en el servicio de la caridad, dimensión esencial de nuestra vocación”, compartieron al finalizar la visita.



El rostro de Cristo en los hermanos más frágiles
Estas visitas pastorales no solo constituyen actividades formativas, sino que son verdaderas experiencias de discipulado, en las que los futuros diáconos descubren con mayor profundidad que la caridad no es un añadido del ministerio, sino su corazón. Encontrar a Cristo en el rostro del anciano, del enfermo y del abandonado es parte del llamado diaconal a ser servidores del Reino desde las periferias existenciales.
La Casa de Formación Diaconal “Felipe Diácono” de la Diócesis de Valparaíso, reafirma con estas iniciativas, su misión de formar ministros configurados con Cristo Servidor, con una espiritualidad encarnada, una fe madura y un compromiso activo con los más necesitados.
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