Saludo de Navidad de Pastoral Familiar Diocesana

Amigos y Amigas:

Ha pasado raudamente el tiempo y nos encontramos próximos a celebrar la navidad. Las casas, las calles y en especial las vitrinas se han llenado de titilantes luces que parecen luciérnagas danzando al son de la música navideña.

Por nuestra ubicación en la madre tierra, esta hermosa celebración se sitúa al final de año, tiempo donde se viven distintos procesos que nos agotan, cansancio que se acentúa por el trajín del año. Estas situaciones que vivimos nos tensionan y muchas veces nos preocupan, es común escuchar a nuestro alrededor “en este tiempo todo se junta”.

Muchas veces este ir y venir no nos permite centrarnos y abrirnos a este tiempo de gracia, tiempo en que el Espíritu Santo se mueve sobre todos, empujando al corazón a realizar gestos amorosos, como ser solidario, ser tierno, ser misericordioso y tantos otros que son signos de la presencia de Dios actuando en la humanidad.

La Navidad es fiesta familiar, es un llamado para hacer presentes los valores más hermosos que guardamos en nuestro corazón y que están ahí porque que fuimos creados por el maestro del amor. También para vivir el perdón y la sanación; y así, recobrar la unidad y sentir satisfechas nuestras necesidades más profundas, lo que nos permitirá vivir con mayor plenitud.

Por otro lado, el amor vivido intensamente en familia tiene hermosas consecuencias, porque sin quererlo ni pretenderlo, el amor trasciende, ayudando así construir una sociedad más justa y solidaria.

Como Comisión de Pastoral Familiar, invitamos a todas las familias, a mirar esta Navidad como una nueva oportunidad para amar, para mirar el futuro lleno de alegría y esperanza, a buscar ser siempre pesebre y no posada, porque aceptando a Jesús en la vida familiar, podemos ser felices a pesar de las dificultades cotidianas.

¡Feliz Navidad! 

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