Con mucho cariño quillotanos y quillotanas llegaron hasta la Parroquia Santa Teresita del Niño Jesús, para despedir al Padre Felipe Gutiérrez Esquiró y agradecer por todo lo que entregó en sus sesenta años de servicio pastoral a la comunidad de Quillota y a la Diócesis de Valparaíso.
El Padre Felipe Gutiérrez Esquiró regresará en unos días a España luego de 60 años de abnegado servicio pastoral en Chile, particularmente en la ciudad de Quillota. Vuelve a su Diócesis de Sigüenza-Guadalajara, con la que siempre ha conservado afectuosa relación, y a su familia, sus sobrinos muy queridos. El padre Felipe trabajó en todos los ámbitos de la pastoral, especialmente, en estos últimos años, entre los ancianos y enfermos y particularmente en el Hospital “San Martín”.
En su homilía, el padre Felipe agradeció a todos los presentes e hizo un recuerdo especial a quienes lo acompañaron en sus años en Quillota y en la Parroquia Santa Teresita del Niño Jesús, que él fundó. Recorrió cada uno de los lugares donde estuvo desde su primer destino sacerdotal en España cuando fue ordenado sacerdote el 20 de junio del año 1954.
Para abordar lo que han sido estos sesenta años de vida sacerdotal, el padre Felipe se ayudó respondiendo algunas preguntas que le formularon. Ellas fueron: ¿cómo surgió su vocación sacerdotal?, ¿cuál es su lema sacerdotal?, si es que era feliz como sacerdote, los lugares donde ejerció su ministerio fuera de Quillota, ¿cuáles han sido los momentos más difíciles de su vida?, ¿por qué se va si todos lo quieren? Y un mensaje final al partir.
Terminó sus palabras, señalando que “me voy con el corazón partido, pero como un soldado valiente que ha cumplido su misión. Me voy porque estoy seguro que ésta es la voluntad de Dios. Mi mensaje final es Ámense los unos a los otros cada vez más como Cristo nos ha amado”.
Al finalizar la Eucaristía, el padre Ramón Tapia, decano del Decanato La Santa Cruz del Valle, agradeció al padre Felipe por todo lo que entregó pastoralmente a las comunidades de Quillota señalando que se hizo un Quillotano más. En tanto, Mons. Gonzalo Duarte, Obispo de Valparaíso en nombre de la Diócesis junto con agradecer su dedicación le regaló una imagen de la Virgen del Carmen Reina sentada en un lindo trono con el Niño Dios en sus brazos. Luego se realizó unos pies de cueca y hubo un compartir.
En la Misa estuvieron presentes: Mons. Gonzalo Duarte, Obispo de Valparaíso; Mons. Javier Prado, Obispo Emérito de Rancagua; Mons. Leopoldo Núñez, Vicario General de la Diócesis de Valparaíso, el Padre Ramón Tapia, párroco de la Parroquia Nuestra Señora de los Desamparados y Decano del Decanato La Santa Cruz del Valle, sacerdotes, diáconos permanentes, seminaristas, religiosas y fieles de Quillota.
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