Con mucha alegría, se realizó la Eucaristía en la que este sábado 30 de diciembre fue ordenado como diácono, en camino al Presbiterado, el seminarista Miguel Quiroz Cea. La ceremonia fue presidida por Monseñor Santiago Silva Retamales, Obispo Castrense y Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile.
En la misma oportunidad confirió el Ministerio de Acólito al seminarista Jorge García Muñoz y el Rito de Admisión a las Órdenes Sagradas a los seminaristas Carlos Suárez Corail y Mateo Umaña Fernández.
En su homilía, Mons. Santiago Silva señaló que esta celebración está marcada por el tiempo de Navidad que estamos viviendo. Ser diácono y ser sacerdote significa extender el misterio de Encarnación. “El pesebre nos enseña que Dios salió a nuestro encuentro porque nos ama tanto para darnos la salvación. A veces uno piensa que es uno el que se acerca y preocupa por Dios, pero no es así, el primero que nos ama con un amor infinito es Dios. Ser diácono y ser sacerdote es ser mediador de este encuentro entre Dios y los hombres”.
“Dios nos regala a su hijo como Palabra; es la Palabra de Dios que tiene que ver con la comunicación, con la capacidad de salir de sí para ofrecer al otro lo que pienso, lo que siento, lo que hay en mi interior. Dios por Jesús nos habla y sale a nuestro encuentro y por Jesús expresa sus sentimientos. Gracias a Cristo conocemos el corazón de Dios porque Cristo es la Palabra de Dios”.
“Ser ministro no es sólo estar pendiente de Dios, no es sólo ser un apasionado por Dios; ser diácono, ser sacerdote es ser un apasionado por las personas, porque si somos comunicadores tenemos que ser perfectos comunicadores, de modo que nuestros hermanos, nuestras hermanas, nosotros mismos, entendamos a Dios, comprendamos a Dios. El ministro diácono o sacerdote tienen que tener una gran sensibilidad por el mundo de hoy, por la historia, por lo que la gente piensa, desea, tenemos que tener una gran sensibilidad pastoral por el Pueblo de Dios. Se hace cargo para caminar con ellos. Entender lo que a la gente del Pueblo de Dios le está sucediendo. Somos mediadores de Humanidad”.
“Finalmente, cuando uno contempla el pesebre ve pura gente sencilla, postergada. Ser sacerdote, ser diácono significa ser servidor de los más pobres, de los más desfavorecidos. Él se emociona por gente como María y José, hombres y mujeres sencillos que lo buscan de corazón, que saben que son débiles y que él es el poderoso. Ser diácono, ser sacerdote es servir, acoger, acompañar a los desposeídos, porque ellos son sacramentos de Jesús, son reflejo del rostro del Cristo que nació en un pesebre, murió en la cruz, que escogió una vida itinerante”.
Concluyó su homilía, resaltando que los diáconos y sacerdotes son ministros de la Palabra, servidores de la Humanidad y servidores de los Pobres.
Miguel Quiroz realizó sus estudios en el Pontificio Seminario Mayor San Rafael de lo Vásquez, es oriundo de la Parroquia de Algarrobo y el presente año estuvo sirviendo en la Parroquia San Martín de Tours de Quillota.
Este diaconado es la etapa previa al Presbiterado. Dentro de las funciones del Diácono están: proclamar el Evangelio en la Misa, predicar, distribuir la sagrada comunión, bautizar, asistir matrimonios y bendecidlos siempre que cuente con la delegación del Párroco del lugar.
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