En la Iglesia Catedral de Valparaíso, Mons. Gonzalo Duarte, Obispo de Valparaíso presidió la Eucaristía en la que se realizó el lavado de pies como gesto de la entrega servicial de Jesús a sus discípulos. Concelebró la Misa el Padre Leonardo Escobar, Capellán de Carabineros.
En su homilía, Mons. Duarte señaló que “Al escuchar este Evangelio del lavado de los pies me emociona pensar en tantos hermanos y hermanas que en este mundo donde hay tantas desgracias y tantas malas noticias, todos los días lavan, bañas y mudan a nuestros niños, abuelitos y enfermos”.
“En muchas partes de nuestra diócesis se está repitiendo este gesto evangélico de lavar los pies como lo hizo Jesús a sus discípulos. El lavado también aparece como un gesto de purificación. El Señor que nos lava, limpia y que nos purificó: recordemos que la vida cristiana empieza con el lavado, con el baño bautismal”.
“En esta liturgia de Jueves Santo, se lee el Evangelio de San Juan y él relata la Última Cena, pero no cuenta la institución de la Eucaristía. Eso lo escuchamos en la Segunda Lectura porque San Pablo la relata. La última cena es un gesto de amor del Señor que quiere quedarse entre nosotros como alimento, fuerza. San Juan nos cuenta que el Señor quiere quedarse entre nosotros como el que sirve, el que cuida y nosotros estamos llamados a repetir esos gestos del Señor de cercanía, cuidado con las personas que lo necesitan”.
Al referirse al lavado de pies, indicó que “Lo más importante no es el rito del lavado de pies, sino que a qué apunta: es la actitud de servicio, de cuidado que el Señor le pide a todos los hombre y mujeres de buena voluntad”.
“El Jueves Santo la Iglesia hace dos celebraciones, una en la mañana y otra en la tarde. La de la mañana se puede adelantar al día anterior. Ayer en la tarde (miércoles) hicimos la primera celebración de Semana Santa en este templo que fue la Misa Crismal donde el Obispo bendice los aceites que serán usados para los sacramentos. Además, en ella los sacerdotes renovamos nuestro compromiso delante del pueblo cristiano. Ayer había 163 sacerdotes diocesanos y religiosos que renovamos nuestro compromiso en presencia del pueblo santo de Dios; y, además, celebramos a seis sacerdotes que cumplen este año aniversarios importantes de ordenación”.
“Terminada esta Misa de Jueves Santo, empieza el silencio profundo que invade la Iglesia para celebrar el Viernes Santo; el Sábado Santo también es un día de silencio y recogimiento y por la noche empezamos la celebración de la gran fiesta de la Pascua”. Al finalizar sus palabras recordó que este Viernes Santo no es obligación comer pescados ni mariscos. “La Iglesia nos pide el Viernes Santo comer pobremente para compartir nuestros bienes con quienes habitualmente comen mal o insuficientemente. San Juan Crisóstomo dice “Que tu ayuno sea el alimento de tu hermano”.
Al realizar el rito del lavado de pies pidió que pensáramos que esto que hacemos ritualmente se hace todos los días en tantos lugares como servicio a los hermanos pequeños, ancianos, postrados, enfermos, deficientes mentales para ayudarles a llevar una vida digna de hijos e hijas de Dios. En este gesto participaron alumnos del Colegio Arturo Edwards.
Al término de la Eucaristía, Mons. Gonzalo Duarte llevó en procesión al Santísimo hasta el Monumento, hubo un momento de oración y después los fieles permanecieron en Adoración.
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